TEMAS DE OPINIÓN

La Comunión con Dios

Julio 3, 2006


Recientemente regresamos mi esposo y yo de una gira misionera de dos semanas por el extranjero, donde pudimos ver la misericordia y el poder de Dios manifestados. Nuestra preciosa hija menor nos escribía hermosas cartitas por correo electrónico donde nos hacía saber que nos extrañaba muchísimo y deseaba que regresáramos cuanto antes. Sin embargo, cuando llegamos de vuelta a casa, le llamábamos para comer juntos y ella no acudía. A muchos de nosotros nos ocurre así, cuando tenemos a las personas a nuestro lado o muy cerca, tomamos por sentado que están disponibles siempre; sabemos que están allí para nosotros y que podemos buscarlas y tenerlas en cualquier momento. Sin embargo, cuando ya no están cerca, nos produce inseguridad y añoranza. De igual manera nos ocurre en relación a Dios; sabemos que Él está allí, si tenemos una necesidad podemos acudir a Él en cualquier momento y Él seguramente responderá. Sin embargo, muchísimas otras veces, Dios desea tener comunión o intimidad con nosotros, nos llama para entrar a comer y que nosotros comamos con Él, como dice Apocalipsis 3:20; pero pareciera que estamos demasiado ocupados en nuestros propios asuntos y nos damos el lujo de dejarlo plantado o de hacerlo esperar. Mi querido lector, si usted está consciente de lo que le estoy hablando, si usted se da cuenta que se ha comportado de esa manera con Dios, entonces para usted Hay una Esperanza; hoy mismo puede arrepentirse y pedirle al Señor una nueva oportunidad; Él siempre está dispuesto para volver a empezar. En Él, cada día es Un Nuevo Amanecer.

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