TEMAS DE OPINIÓN

La Disciplina Del Amor

Octubre 20, 2015


El amor de Dios, al igual que el amor manifestado de padres a hijos, lleva consigo disciplina. El padre que verdaderamente ama a su hijo, le proporcionará la disciplina necesaria, para su beneficio.  La disciplina comienza en la cuna del bebé, si no lo hacemos, los padres seremos víctimas de la manipulación de los hijos, quienes a su vez se verán frustrados al querer realizarse en un mundo que no responde a sus demandas y rabietas.

Muchos padres han sido culpados por la severidad con que tratan a sus hijos, pero existen muchísimos que se culpan a sí mismos de su excesiva indulgencia y permisividad.

El niño que al gritar o patalear para obtener el juguete deseado, fue complacido para que dejara su berrinche, se encontrará tarde o temprano en un ambiente donde querrá gritar para que le presten atención, va a patalear para que le den un ascenso en el empleo, o armará una rabieta porque la esposa no tenía la comida a tiempo o la ropa lista. Ese niño grande no será una compañía amena ni agradable y por ende terminará siendo un solitario infeliz; los pocos amigos que logre hacer, muy pronto le rehuirán porque no estarán dispuestos a satisfacer sus caprichos.  No encontrará mujer o marido capaz de tolerar sus ridículas exigencias y su vida egocéntrica.

Quizás usted tuvo una crianza sin disciplina y siente la frustración de vivir una vida en donde ha obtenido todo lo que se le antoje, excepto felicidad o una buena y sana autoestima; quizás no siente respeto por sí mismo(a).  Padre de familia que está leyendo éstas páginas, quizás aún esté a tiempo de ejercer disciplina, aunque usted crea que es ya demasiado tarde.

Muy a menudo los padres tienden a eludir su responsabilidad respecto a no haber ejercido la disciplina adecuada, dentro del marco del amor, y buscan a quien achacárselo; a veces quejándose de la mala influencia que sus hijos reciben de algunos amigos. Se oyen expresiones tales como: "Esas compañías le afectan", "Esas gavillas que ha agarrado mi hijo ahora le están perjudicando", "Desde que empezó a andar con esos amiguitos se arruinó". Lo más sorprendente es que los padres de los amigos opinan igual al referirse a sus hijos.

La realidad es que los padres son a veces los últimos en conocer la verdadera personalidad de sus hijos.  El mismo ego impide que reconozcan los errores de ellos, ya que eso implicaría aceptar el fracaso como padres o las fallas en que se ha incurrido al tratar de instruirlos, educarlos o disciplinarlos.

Muchas veces los padres están demasiado ocupados para enterarse en qué asuntos andan involucrados sus hijos.  No es extraño que una madre crea enloquecer de dolor (o el padre sienta enmudecer de rabia) al recibir una llamada telefónica notificándoles que su hijo está detenido por tráfico de drogas; o quizás que su hija sufrió un accidente mientras salía de un motel.

Esto no es una exageración, es real, y tal vez han ocurrido casos aún más extremos. Quizás usted querido lector que también es padre, aún esté a tiempo de comenzar a conocer a sus hijos, por pequeños que estos sean, o por adultos que parezcan.

No podemos conocer a las personas, ni siquiera a nuestros hijos, por lo que aparenten o simulen... tratemos de conocer la profundidad de su corazón o la magnitud de las heridas emocionales, que quizás nosotros mismos como padres hayamos infringido o provocado.

Si considera que usted es de una de estas personas, para usted Hay Una Esperanza. El Señor Jesucristo es capaz para ayudarle a conocer, no sólo ésta, sino toda verdad.

Ver Todos los Artículos