TEMAS DE OPINIÓN

Idealista

Marzo 8, 2016


Existe un tipo de personas soñadoras, idealistas, humanistas, que buscan siempre la perfección en todo y en todos; que levantan a los demás como ídolos, pero que luego el golpe es fuerte, cuando se frustran al percatarse de algunos detalles o acciones en ellos que no van acordes con su idealización.

El humanista llega a tomar una actitud de "Robin Hood", siempre está de parte del débil, del pobre, del desprotegido; pero eso no es todo, sino que interiormente rechaza a aquel que supuestamente acusa, critica o daña al que juega el papel de víctima.

Este tipo de persona se convierte en fariseo, ya que juzga en su corazón a los "opresores", "crueles", "injustos"; sin darse cuenta que está aplicando su propia justicia.

Por esta característica, estas personas quieren establecer sus patrones de rectitud y moralidad; no se dan cuenta que aun ellos están actuando en su propio legalismo, sus obras de justicia que delante de Dios son trapos de inmundicia.

Dios está estableciendo Su justicia en la tierra, la cual ciertamente no es como el hombre la concibe con su estrecha mente carnal.  Necesitamos llenarnos de la naturaleza de Dios y llegar a tener la mente de Cristo, para poder experimentar el perfecto juicio de Dios, el cual es en misericordia y verdad.  Sólo el Padre es Bueno, y toda bondad del hombre natural, proveniente de su alma, necesita ser erradicada; ya que ese lado blanco del alma hace al hombre creerse recto y justo, por lo tanto, engañosamente le hace pensar que no necesita cambiar ni ser transformado en su entendimiento.  La bondad del corazón engañoso, no es sino una trampa, una venda que les impide reconocer su necesidad de conocer la verdad y la justicia.

Es posible que usted que lee éste artículo, ahora mismo reconozca que ha sido un hombre "bueno" en su propio concepto, pero Hay Una Esperanza. Hoy el Espíritu Santo le da convicción de que necesita ser renovado, transformado; necesita la mente de Cristo, necesita despojarse de todo lo que ha sido, para empezar a ser lo que Dios quiere que usted sea.

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