TEMAS DE OPINIÓN

La Justicia de Dios y la del Hombre

Abril 19, 2016


Ante las luchas cotidianas con que cada ser humano debe confrontarse, existen tres actitudes: una AGRESIVA, de lucha, combate; otra PASIVA o indiferente y la tercera es la de VICTIMA.

Aquel que en sus propias fuerzas se lanza a pelear contra el sistema,  la economía,  la sociedad, la corrupción, el desánimo, y la indolencia,  quizás muy pronto se sentirá fatigado, frustrado agobiado o impotente.  Probablemente encontraremos otros que aunque no vean cambios, tendrán la satisfacción de haber hecho todo lo que estaba a su alcance.

El indiferente, verá delante de él cómo la economía se derrumba, cómo las vidas se destruyen, vivirá en medio de la mediocridad y el latrocinio, observando el caos y la aflicción, pero nada lo conmoverá.  Su pensamiento es: "Yo no puedo cambiar las cosas", "Una golondrina sola no hace verano", "Cada quien está como quiere estar", "Allá ellos, mientras yo esté bien, no hay problema".

La víctima reaccionará en base a  las circunstancias que le afectan directamente; él piensa que las riquezas están mal repartidas, que Dios ha sido injusto al permitir que unos mueran de hambre y frío, o que los cambios meteorológicos afecten precisamente a los de menos recursos. Él siempre está resentido hacia aquellos que logran algunas metas u objetivos en la vida; sobre todo, siempre busca un culpable de cada situación difícil o desagradable.  Los individuos con esta personalidad suelen deprimirse fácilmente, ya que toman para sí todas las agresiones del medio y la sociedad.

Ciertamente todos nosotros adoptamos una de estas actitudes ante cualquier acontecimiento trascendental; por ejemplo, ante las frecuentes inundaciones en la costa norte de Honduras ¿Qué posición toma usted? ¿Se mantiene activo recogiendo ropa para los damnificados, transportando comida o ayudando a evacuarlos? ¿Se queda tranquilo en su casa sin que ello le inmute siquiera? ¿Piensa que es una injusticia que esa pobre gente esté expuesta a pérdidas constantes y tengan que volver al mismo lugar?

Ante los embates diarios, con el alza de los precios, escasez de algunos artículos, devaluación de la moneda, incremento de la criminalidad ¿Cuál es su actitud? Cualquiera de las tres posiciones que usted tome, será en sus propias fuerzas o con el razonamiento egoísta que caracteriza al ser humano en su naturaleza caída; nos encontraremos frustrados, deprimidos o airados... Si en este momento usted se identifica con una de estas reacciones, no se preocupe, Hay Una Esperanza, descúbrala en Jesucristo.  Jesucristo es el que puede cambiar todo nuestro interior para hacernos como Él es.

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