TEMAS DE OPINIÓN

Caminando la Senda que Dios trazó

Febrero 26, 2007


Ayer fue un día muy alegre, fui a conocer al bebé recién nacido de unos amados hijos espirituales; es tan hermoso ese bebecito, se ve tan saludable, tan lleno de vida, que uno no puede evitar meditar en las maravillas de nuestro Padre. Es un misterio muy grande la formación de un bebé en el vientre de su madre, otro misterio es la habilidad de ellos para cambiar del ambiente acuático intrauterino, al ambiente aéreo, una vez salidos del vientre materno. Me deleitaba en ese bebé y mientras tanto, pensaba que en él ya hay un destino trazado; que Dios lo formó con propósito santo y nuestra oración debe ser, que se cumpla a través de su vida todo lo establecido por Dios en Su plan perfecto. No cabe duda, mi querido lector que usted y yo también tenemos un destino que cumplir; un día, cuando éramos bebecitos indefensos, Dios nos hizo nacer en este mundo natural, fuimos dirigidos por nuestros padres y moldeados por el mundo exterior que nos rodeó. La pregunta hoy sería ¿Estamos caminando en la senda que Dios nos trazó? ¿Nos habremos salido a nuestro propio riesgo del camino y las buenas obras preparadas de antemano para que anduviéramos en ellas? Querido lector, si este artículo te hace meditar en tu destino, que bueno, porque para ti Hay Una Esperanza. Te invito a que en este mismo instante le digas a tu Padre Dios, que te haga nacer de nuevo en el espíritu, para ser dirigido por el Espíritu Santo y vayas en pos de tu destino.

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