Es sorprendente observar como los modistos, después de crear tantos diseños extravagantes de ropa para damas, han regresado a lo que un día, hace muchos años, estuvo muy de moda: Las bandanas o diademas en el pelo, collares largos de cuentas grandes, fajones muy anchos a nivel de la cadera, boinas sobre la cabeza, los famosos boleros sobre las blusas, faldas a media pierna con bordes irregulares, zapatos de plataforma o de tacón ancho con cordones o cintas para enrollar en el tobillo.
Definitivamente, aunque el hombre sea muy creativo, llega un momento en que se le agota el repertorio o la inventiva ¿Sabes por qué? Porque el hombre en sí mismo realmente no inventa nada sino que sólo descubre lo que Dios ya creó. Es decir que para poder seguir descubriendo o desvelando lo que hay en la mente ilimitada de Dios, necesitamos estar muy conectados a Él, ser un espíritu con Él. Dios es el único que puede crear, generar, porque Él es el único que no fue creado sino que Él es desde siempre por la eternidad.
Es posible mi querido lector que tú tengas un negocio o una empresa, en la cual piensas que ya llegaste al límite, donde ya no encuentras nada más qué hacer, o algo nuevo que lanzar. Si acaso tú te identificaste con la primera parte de este artículo, si de pronto te cayó la revelación y por dentro gritaste ¡Es cierto! O pensaste en voz alta ¡Es verdad, tiene sentido! Entonces para ti Hay Una Esperanza.
Yo te invito este día a levantar tu corazón, tus ojos y tu mente al Dios Creador y Creativo y decirle: “Te necesito, quiero ser uno contigo; entiendo que Tú eres la fuente de todo lo nuevo; por tanto, dame Vida Nueva, quiero Tu Vida y Tu capacidad Creadora dentro de mi”.
