Diciembre 20, 2016
El hombre es rebelde por naturaleza, lo demostró en el huerto del Edén cuando desobedeció la instrucción de Dios sobre no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Desde recién nacido, el bebé en su naturaleza adánica se rebela a la disciplina impuesta por los padres sobre hábitos alimenticios y de sueño. Crece un poco más y aquello que sus padres le dicen que no haga, es usualmente lo que tiende a hacer. Es así que el mayor problema que los padres tienen es el de cómo controlar o sujetar a los hijos que están en rebeldía, algunos llegan al extremo de ingerir drogas o bebidas alcohólicas en contra de la voluntad de los padres.
Cuando un agente de tránsito como autoridad nos detiene para revisarnos, inspeccionarnos o pedir los documentos, la primera reacción es rebelarnos en su contra. El maestro que quiere imponer nuevas normas de evaluación o enseñanza, casi siempre obtendrá una respuesta de rebelión entre sus estudiantes. Las huelgas existen por causa de la rebelión del hombre. La rebeldía trae consigo fuerza, violencia o enojo.
Algunas mujeres al descubrir que su esposo le es infiel, por rebeldía tratarán de pagarle con la misma moneda. La hija que se siente demasiado protegida por sus padres, en rebelión tratará de fugarse con su novio, o de casarse antes del tiempo adecuado.
La rebelión del hombre trae consigo pleitos, guerras, venganza, revolución. Esto tampoco le permite al hombre ver con claridad su posición correcta, la actitud que debería de adoptar, sin ser dominado por su naturaleza carnal.
La naturaleza de Jesucristo es contraria a la de Adán, ya que EL se sometió a lo sumo y fue obediente hasta la muerte de cruz. El mundo necesita dejar al Adán para seguir al Cristo.
Si usted ha actuado rebeldemente en su diario vivir, si necesita comenzar a someterse para ver su vida transformada Jesús el obediente a lo sumo, El en usted y usted amándole a Él, será el mejor ejemplo de sujeción y obediencia, Hay Una Esperanza ¡Recíbalo hoy y verá el cambio!
