Mayo 27, 2019
Dios creó al "hombre" (como género), varón y hembra los creó. Es decir, que ambos están incluidos en esa creación a imagen y semejanza de Dios. El hecho de que la mujer fue sacada del costado del hombre puede dar la idea de que uno fue primero que el otro, o que uno es más importante que el otro; la verdad es que "ELLA" ya estaba con "ÉL" cuando "EL HOMBRE" como género fue creado.
Lo anterior sólo significa que ella es hueso de los mismos huesos de él y carne de la misma carne de él. En otras palabras, la feminidad de la mujer viene a complementar la masculinidad del varón, para juntos entonces representar la imagen de Dios sobre esta tierra.
El comprender lo anterior ha venido a desvelar los ojos de muchos y sobre todo a aceptar con agrado el ser lo que cada uno es, sea varón o mujer.
En un tiempo yo escribía en favor de la liberación femenina, me afectaba ver anuncios de trabajo donde entre los requisitos figuraba: "ser varón". No soportaba ver la limitaciones impuestas por la sociedad a las mujeres, las cuales estaban enmarcadas en patrones culturales, transmitidos de generación en generación, tales como: "las mujeres no deben estudiar medicina, ni ser agrónomos" "las mujeres no pueden desarrollar a cabalidad tareas u oficios como ser taxista, piloto, policía, albañil, bombero, tractorista".
La sociedad misma se había propuesto a poner clara competencia entre el varón y la mujer. Si un varón desarrollaba habilidades o inclinación hacia ciertas artes o labores, se le consideraba afeminado, así: "decorador, estilista, diseñador, pintor, y hasta arquitecto".
Muchos de nosotros, al momento de nacer causamos una decepción a nuestros padres que "esperaban mujer y fue varón, o bien que deseaban varón y fue mujer". Esta frustración de ellos, expresada verbalmente sobre el bebé recién nacido, ocasiona una herida en su alma, que le hace sentirse rechazado; tratando por lo tanto en su desarrollo, de establecer una competencia con los del sexo complementario.
Las mujeres, cuyos padres desearon que fueran varones, se pasarán la vida tratando de demostrar que son capaces de desarrollar las mismas y aun más labores que los varones. Desarrollarán una fuerza increíble, denuedo, dinamismo, agresividad, para introducirse al mundo de "los varones", no para ser aceptada por ellos, sino más bien inconscientemente para aplastarlos.
Los varones por su parte desarrollarán una extremada sensibilidad, a veces cubierta de una dura caparazón, pero muchas otras veces, desarrollarán una identificación marcada con su madre como prototipo y no con su padre.
Es bueno conocer esto como una posible causa de nuestra actitud o situación actual; sin embargo, lo importante es ¿Qué hacer ahora que nos enteramos de la raíz de nuestra condición? Primero necesitamos aceptar que somos una mujer, o que somos un varón. Luego es importante estar satisfecho(a) con lo que somos y no desear ser del sexo complementario (prefiero no usar el término "sexo opuesto", ya que no lo es). Seguidamente hemos de comenzar a identificar los rasgos o actitudes en nosotros que no son inherentes a nuestra naturaleza de varón o mujer, sino distorsionados por la presión anteriormente expuesta; en base a ello hemos de ir modificando nuestro comportamiento, en una forma consciente.
Si usted se identifica como uno de estos varones o mujeres que ha sufrido con dicha condición, no se preocupe, ¡HAY UNA ESPERANZA! Para usted la Luz ha llegado hoy, la Luz es Jesucristo, sólo El trae libertad y definición a nuestro rol y función.
