TEMAS DE OPINIÓN

Timidez

Julio 1, 2019


En los salones de clases, en las reuniones de trabajo o grupos sociales, podemos observar el contraste de personalidades. En esta ocasión queremos enfocarnos hacia los tímidos.

¿Se le hace familiar la escena de un niño cuya madre lo envía a comprar mantequilla, o leche tal vez o huevos quizás? El niño da vueltas una y otra vez antes de salir a cumplir el mandado, es posible que a medio camino se regrese argumentando que estaba cerrado o no encontró lo que buscaba.

¿Reconoce el cuadro de una joven que compra un par de zapatos, al llegar a casa su madre no los aprueba, le parecen inadecuados para la ocasión y le pide a la hija que vaya a cambiarlos? La joven no se atreve a hacerlo, da muchas razones por las cuales no se los cambiarán.

Es común también el joven que trabaja en una empresa, donde su jefe le envía a comprar cierto artículo; al presentarse delante de su superior, éste encuentra que el artículo no es de la calidad o marca que él esperaba; y además resulta más costoso de lo que él estaba dispuesto a pagar; le pide al joven que vaya a devolverlo, pero éste prefiere pagarlo él mismo antes de ir a solicitar un reembolso.

Llega un vendedor a nuestra casa, ofreciéndonos objetos que realmente no necesitamos por el momento, tampoco están a nuestro alcance económico; sin embargo no nos atrevemos a decirlo así de claro y terminamos comprometiéndonos a comprarlo; a veces, aún contraemos créditos innecesarios para lograrlo.

Es muy común la historia de "vendedores de números de rifas", "solicitantes callejeros”, "candidatas de belleza infantil o juvenil", "compañeros de trabajo que colectan contribución para un festejo", o que nos paran con un lazo en media carretera situaciones en las que casi siempre salimos atrapados por no tener el arrojo de expresar nuestro sentir al respecto.

Esta timidez se presta a que los demás nos manipulen, dejándonos un sentido de impotencia y frustración, por hacer o soportar lo que verdaderamente no deseamos. Estamos seguros que la persona tímida no desea seguirlo siendo, sino que anhela vencer esta faceta. La timidez en esencia es temor a ser rechazado, pero ¡HAY UNA ESPERANZA! La solución es suya hoy, porque Jesucristo, el perfecto amor, echa fuera todo temor. Él nos hace sentir amados y aceptados y nos libera del temor de expresar lo que pensamos o sentimos, dándonos seguridad, en Su amor.

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