En estos días en nuestra nación hemos escuchado y leído comentarios groseros de los gobernantes salientes hacia los nuevos y de los entrantes hacia los anteriores.
En cada período de gobierno sucede lo mismo, se dice lo mismo y se repite la historia cada cuatro años. Hasta que los hombres sean transformados interiormente, habrá un cambio de actitud y podrá producirse un verdadero giro a la nación y a la condición social, económica y moral.
Es que el corazón del hombre siempre tiende al mal, por eso la gracia de Dios nos hace nacer de nuevo; el corazón no puede ser reparado, sencillamente tiene que ser cambiado por otro. Necesitamos que Dios invada nuestro país y tome el corazón de cada hondureño; entonces habrá integridad y rectitud, entonces ya no se ofenderán unos a otros, entonces habrá paz verdadera, entonces seremos una nación bendecida.
¿Cree usted que nuestro Dios es capaz de hacerlo? Claro, Él es Todopoderoso y Capaz; entonces Hay Una Esperanza.
Siga creyéndolo y siga declarándolo, le aseguro que un día ocurrirá.