TEMAS DE OPINIÓN

La Obediencia

Febrero 7, 2011


Muchas bendiciones a su vida mis queridos lectores, siempre deseando que este día sea lleno de salud y prosperidad para ustedes. Quiero enfatizar en esta ocasión, acerca de un tema que no nos gusta mucho escuchar, pero que es muy necesario hacerlo, se trata de la obediencia.  Para ello quiero comentarles sobre un sencillo incidente: Hace unos días le di unas instrucciones a una persona acerca de una etiqueta que debería colocársele a un sobre que iba a ser enviado por correo aéreo.  Le indiqué que usara etiquetas de papel autoadhesivas, de las que vienen en bloques sobre una página, para introducirla en la impresora.  Un rato después, ella vino con el sobre etiquetado, noté que la etiqueta usada no era la que yo le había indicado.  Entregué el sobre a mi hija, quien lo llevaría los Estados Unidos para depositarlo en el correo, ya que este contenía documentos muy importantes y delicados. Dos semanas más tarde mi hija me comentó que le acaban de devolver el sobre por parte del correo, debido a que se le había caído la etiqueta del destinatario y no sabían a donde enviarlo.  Este pequeño detalle provocó una demora en la entrega de los documentos, los cuales deberían llegar cuanto antes a su destino.  La mayoría de las veces nosotros tomamos decisiones para resolver el asunto; en este caso particular, ella me explicó que la etiqueta que encontró, de las cuales yo le recomendé, era muy pequeña; claro que la solución era buscar unas más grandes, pero que fueran del mismo material. Yo sé que para algunos esto parece un detalle sin importancia, pero es muy interesante que para Dios la obediencia es un tema de vida o muerte.  Otras veces nosotros obedecemos cuando tenemos el tiempo para hacerlo, pero también es importante saber que: obediencia tardía es desobediencia. Quiero recordarles que Jesús vino a la tierra para establecer un modelo de obediencia, ya que Adán había fallado en ello.  Cuando Jesús fue a la cruz voluntariamente, consumó todo lo pedido por el Padre; pero al resucitar y subir a los cielos, nos envió a Su Espíritu Santo, con Su misma naturaleza, Su misma esencia, para que todo el que Lo reciba, pueda también obedecer. La obediencia a Dios y a las autoridades establecidas, es la base para vivir una vida en total bendición.  Con Jesús en nuestro corazón es muy sencillo ¡Anímense! Para ustedes Hay Una Esperanza.

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