TEMAS DE OPINIÓN

Jesús, Nuestro Intermediario

Febrero 21, 2011


Es un gusto dirigirme a ustedes una semana más, para bendecir sus vidas y comentarles de las cosas simpáticas que me ocurren en mi diario caminar, que a la vez nos enseñan muchas cosas. Estoy regresando de una misión en la República mexicana, la cual duró ocho días.  En la última parte del viaje, la visita era a través de unas personas a quienes yo no conocía, ni ellos me conocen a mí.  Esta visita había sido coordinada por una persona amiga de ambas partes, fue ella quien acordó las fechas, llegada y demás. Antes de partir hacia esta última etapa del viaje, le pedí a la amiga común, los datos de mi anfitriona, por lo menos su número telefónico, para estar en contacto con ella.  Antes de salir de la estación de autobuses del aeropuerto de la ciudad de México, llamé por teléfono al celular de ella, para darle la hora de salida y la aproximada de llegada.  Llegamos mi esposo y yo a la terminal de nuestro destino, pero no había nadie esperándonos, de manera que llamé por teléfono para avisar que ya habíamos llegado.  Ella dijo que su esposo iría a buscarnos, pero al rato llamó para decirme que su esposo aún estaba ocupado, que por lo tanto le pediría a una amiga que nos recogiera. Cuando ya había transcurrido más de una hora, me sentía un poco cansada, pues nos habíamos levantado de madrugada ese día, esperando en una ciudad ajena y sin conocer a nadie; ya para entonces la persona no me respondía el teléfono. Comencé a meditar en lo inconveniente que es cuando se hacen tratos a través de una tercera persona; aunque usted no lo crea, esto me llevó a entender el sacrificio de Jesús en la cruz, el cual rompió toda pared intermedia para darnos entrada libre y directa al trono de Dios.  Es decir, ya nadie necesita buscar un intermediario que haga los arreglos con Jesús a favor nuestro, nosotros podemos hacer directamente todo nuestro contacto con Jesús. Lo precioso de nuestro Señor Jesucristo es que Él no hace acepción de personas, no tiene predilectos ni favoritos; Él está siempre disponible para escucharnos. Cualquier persona puede ir hasta Él para hablarle, para contarle algo, para pedirle o preguntarle. El único mediador entre Dios y los hombres es Jesucristo, él es el Camino al Padre; pero para llegar a Jesús solamente necesitamos creer.  Yo quiero invitarte hoy mi querido lector a que abras tu corazón para hablar con Él las cosas más íntimas y privadas, aquellas que a nadie más le puedes confiar.  Recuerda que no necesitas a nadie que te haga la cita, ni intermediarios que sean tus contactos, puedes ir directamente, porque para ti Hay Una Esperanza, la cual existió desde mucho tiempo atrás, pero que se cumplió hace más de dos mil años para ti y para mí.

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