Mis queridos lectores les saludo y les bendigo en medio de sentimientos encontrados entre la realidad y la verdad.
Lo que vemos con nuestros ojos naturales, lo que oímos, lo que palpamos día con día en nuestro entorno y a través de los medios de comunicación, es nuestra realidad. Pero por encima de ello, lo que vemos con los ojos de la fe, en el ámbito del Espíritu, lo que hemos creído porque la Palabra de Dios lo dijo y lo decretó desde antes de la creación de todas las cosas, esa es nuestra verdad, por la cual hemos de vivir.
¿Qué fue lo que Dios decretó? ¡Sea la luz! y la luz fue hecha. ¿Cuál es la realidad que nos rodea? Tinieblas, muerte, asesinatos, asaltos, robos, crímenes. Ante tal realidad, la tendencia humana es de deprimirnos por lo que vemos; pero la tendencia del cielo es levantarnos espiritualmente más y más cada día, hasta ver las cosas desde arriba, donde no hay tristeza, ni dolor, ni quebranto. Nuestra responsabilidad es seguir creyendo a lo que Dios dijo, pero además, tenemos el deber de manifestar nosotros mismos la luz, hasta que llene toda nuestra nación.
Todos los que hemos conocido el amor de Dios, debemos sacar desde adentro la luz que mora en nosotros; nos corresponde bendecir a los que aún no Le han conocido, a aquellos que llenos de dolor y amargura tal vez, han cerrado su corazón y no le han permitido al Rey de la creación entrar y morar.
Cada vez que hay derramamiento de sangre humana en nuestro territorio, hay un gemir profundo desde las entrañas de la tierra, clamando por justicia; pero solamente la Sangre de nuestro Señor Jesucristo derramada en la Cruz, puede hacer justicia. Porque Su Sangre trae perdón de los pecados y liberación de la culpa.
Queridos lectores, para cada uno de nosotros Hay Una Esperanza, Cristo en nosotros es la esperanza de gloria; Su presencia en nuestro corazón es lo único que nos hace vivir en paz y aún perdonar y amar al que nos ha hecho daño.
Solamente la vida del Resucitado nos hace vivir en las alturas, para declarar la verdad Suya, por encima de toda realidad.
Si en tu corazón hay dolor por la pérdida de un ser querido, si hay congoja por situaciones vividas, levanta tu corazón hoy al único que puede traerte paz y consuelo, Su Nombre es Fiel y Verdadero.