TEMAS DE OPINIÓN

Teniendo Paz en Dios

Abril 18, 2011


Por este medio saludo con mucho cariño a todos mis lectores de esta su columna Hay Una Esperanza; deseo que tengan un día muy fructífero y para ello quiero compartirles algo que estoy segura les va a edificar mucho. En estos días recibimos una visita de un joven, quien se quedó en nuestra casa, por que solíamos compartir a la hora de las comidas.  Entre una de las conversaciones, él mencionó que tiene un amigo, el cual es ateo pero que tiene características como si fuera un verdadero cristiano.  De inmediato le pregunté ¿él tuvo algún problema por el cual está resentido con Dios? El joven me respondió de inmediato: Si, su padre murió cuando él tenía unos doce años, él dice que le suplicó a Dios que no se lo llevara, pero no le escuchó. Este joven sacó la conclusión, en base a esta dura experiencia, de que Dios no existe, ya que no atendió su súplica.  Así como este joven hay miles de personas en el mundo, que piden y esperan de acuerdo a su deseo y a su necesidad, pero no pueden ver lo positivo de las situaciones aparentemente muy duras e imposibles de superar. Una cosa que necesitamos entender es que Dios no ve la muerte como el ser humano la ve.  Dios tiene una perspectiva diferente.  Para ello quiero comentarles algo que ocurrió hace unos pocos días a personas cercanas.  Una joven mujer, casada, madre de cuatro hijos, súbitamente enfermó, fue hospitalizada y le fue diagnosticado Leucemia; ellos como familia oraron a Dios y muchos que les conocíamos oramos por esta situación.  Cuando llegó el día en que ella iba a recibir la Quimioterapia, ella reunió a su familia, se despidió de ellos, dejando todo en orden y dando instrucciones de última hora. Mientras ella estaba en su cama de hospital, acompañada de una tía, ella se quedó literalmente muerta; la tía comenzó a sacudirla y a hablarle, dándole órdenes espirituales para que volviera.  A los tres minutos, ella volvió a la vida y le rogó a su tía: Por favor no me traiga de regreso, ¿por qué me llamó? ¡Usted no sabe lo lindo que es estar allá! ¡Usted no tiene idea de la felicidad que sentí! ¿Yo quiero regresar! Y a los pocos minutos ella expiró. El más allá es un tema de mucha intriga para la mayoría de nosotros, pero los que han estado allí o los que tienen vislumbres de ese lugar que algunos llaman “Paraíso”, definitivamente no quieren seguir sufriendo en la carne. Queridos lectores, estoy muy segura que en medio de ustedes hay muchos que han perdido a un ser querido y aún no pueden entender lo que pasó; seguramente hay muchos resentidos con Dios, que aún han Le vuelto la espalda por no comprender los asuntos espirituales.  Yo quiero decirte que definitivamente para ti Hay Una Esperanza, hoy puedes comenzar a hacer la paz con Dios y empezar a ser feliz otra vez.

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