Durante esta semana hemos estado muy atareados haciendo los preparativos para un evento donde tendremos visitantes de otros países. Una de las labores que más nos ha ocupado es la remodelación de una casa para albergar a estas personas, e inclusive, la construcción de un área para comedor.
Desde el viernes pasado habíamos ordenado unos materiales para que la ferretería se programara a entregárnosla en el lugar de la construcción; pagamos anticipadamente y todo estaba acordado para hacer la entrega el siguiente lunes por la mañana.
El día lunes terminó y los materiales no llegaron, hicimos un sin fin de llamadas y siempre hubo una excusa, una justificación, pero nunca una disculpa. El día martes comenzó y así mismo terminó, mientras los encargados de despachar nuestros materiales siempre respondían con una mentira; mientras tanto nuestros trabajos se pararon, gastamos dinero en llamadas, por momentos perdimos la paciencia; hasta que finalmente el miércoles llegó nuestro pedido, con el agravante de que cuatro de las láminas solicitadas llegaron deterioradas.
Me pregunto yo ¿Se darán cuenta los dueños de esta Ferretería del pésimo servicio que sus empleados brindan a sus clientes?
Creo que hasta que las personas son verdaderamente temerosas de Dios, hace las cosas para el Señor y no para los hombres; sólo teniendo un alto sentido de integridad podrán las personas cambiar su manera de actuar.
Puedo decirle mi querido lector, solamente si la gente es confrontada con su humanidad y decide servir a Dios de corazón, podremos decir que en Honduras ¡Hay Una Esperanza! Para salir de la mediocridad.