No cabe duda que la mente es tremenda y que muchos de nosotros caemos o hemos caído alguna vez en la trampa de ser dirigidos por las percepciones o pensamientos de nuestra mente y no por la verdad espiritual que es superior y más poderosa que toda realidad o circunstancia.
El fin de semana recién pasado estuvimos visitando a nuestra familia en otra ciudad, un lugar muy pintoresco de clima muy agradable. Nos asignaron la habitación donde normalmente duerme una niña de ocho años de edad; a media noche escuchamos un gran ruido en el cielo raso, parecía un tropel de caballos, se escuchaba el golpe contundente de la cola de los animalitos que hacían competencias de carrera entre el cielo y el techo. Nos imaginamos que se trataba de guasalos o ratas o quizás garrobos iguanas. Inocentemente comentamos sobre el incidente, pero la niña a quien pertenece el cuarto, inmediatamente dijo: Ah, son unos gatitos que vienen de visita por la noche.
Rápidamente nos dimos cuenta que los padres le habían hecho creer a la niña que eran gatitos, para que ella no tuviera miedo de dormir allí.
Es interesante que la gente puede creer de acuerdo a como piensa, entonces que importante es pensar lo correcto y lo verdadero.
Yo le invito a pensar hoy en la única Verdad y el único Verdadero, Jesucristo el Señor, el único que puede salvarle y librarle en toda situación y circunstancia.
