Las últimas dos semanas han estado matizadas de muchos incidentes desagradables, unos a nuestro alrededor, y otros más cercanos a nosotros. Pero en medio de ello, hemos tenido paz y hemos reposado en Dios.
El día de hoy, al medio día, mientras almorzaba con mis hijas menores, una de ellas me dijo: Mamá, por favor escribe para Hay Una Esperanza algo que hable cosas buenas, porque por todos lados sólo escuchamos, vemos y leemos malas noticias. Ella tenía mucha razón, si alguien dice que Hay Una Esperanza, es porque verdaderamente la hay para aquellos que están rodeados de tinieblas por todas partes.
Pienso que en verdad tenemos muchas razones por las cuales estar agradecidos, hay tantas cosas buenas que Dios ha hecho por nosotros y muchas más que sigue haciendo cada día, que seríamos ingratos si no las reconociéramos.
Meditaba hoy acerca de la bendición que es para nosotros tener una fuente de trabajo en un medio ambiente lleno de bendición espiritual; quizás al principio, cuando Dios nos lo concedió, comenzamos a ver todos los atributos de ello, dábamos gracias al Señor por habernos bendecido tanto. Sin embargo, parece que al pasar los días, nos olvidamos de esos pequeños y hermosos detalles.
Este día, yo quiero instar a todos aquellos que tienen un trabajo, a que lo aprecien, que sean agradecidos con el Señor, que bendigan a sus jefes, que den gracias por cada compañero de trabajo y por la fuente de la provisión.
Si tú estás consciente que debes tener gratitud con el Padre por lo que te ha dado, para ti Hay una Esperanza.
Te invito este día, a que comiences a observar tus manos, tus dedos, tus piernas, tus pies; mírate en un espejo y dale gracias a Dios por tus ojos, tu nariz, tu boca. Realmente eres una hermosa creación de Dios, naciste para ser bendecido y ser bendición; no permitas que las malas noticias te distraigan, concéntrate en todo lo bueno que tienes y da gracias por ello, da gracias por la vida y por la oportunidad de tener vida en abundancia, salvación y vida eterna en Jesucristo, el Señor.
