Recordaba el pasado miércoles 11 de junio, acerca del día del estudiante y como antes lo celebrábamos de manera explosiva. Las formas de hacer las cosas han cambiado mucho; cuando yo era estudiante, dibujábamos los mapas a mano, los coloreábamos e invertíamos mucho tiempo en ello. Recuerdo cuando nos dejaban tareas de caligrafía, hacer óvalos, palitos, con plumón y tinta china; no puedo olvidar las famosas grecas en la clase de artes plásticas.
Hoy día, nuestros hijos no tienen que pasar todo el trabajo que nosotros pasamos, ellos sólo bajan de Internet los dibujos y los imprimen en un Zas!
Pareciera que la tecnología estuviera simplificando la vida, es muy probable que sí, pero a su vez estamos perdiendo la oportunidad de desarrollar algunas destrezas o habilidades, tales como dibujar, pintar, bordar.
Está cercano el día en que los estudiantes ya no van a cargar bolsones muy pesados, llenos de libros, sino que cada uno va a llevar su computadora portátil y en ella todo lo que necesiten estudiar. Yo espero que no se pierda la belleza de la escritura personal.
Cada vez usamos más los métodos que nos permitan ahorrar tiempo, pero me pareciera que el precio que hay que pagar es alto, porque estamos sacrificando experiencias preciosas que estimulan la mente de los muchachos.
Me parece que pronto va surgir un movimiento en todas las áreas de la vida, dirigido a recuperar esos detalles de la vida, que no tienen precio y no se pueden producir en computadora.
Hoy día hasta las iglesias cibernéticas tienen mucha aceptación, pero les priva de la hermosa experiencia de convivir con sus hermanos en Cristo.
Si estás de acuerdo conmigo, para ti Hay Una Esperanza, podemos comenzar a orar, para que los seres humanos disfrutemos plenamente la naturaleza que nos dio el Señor, que apreciemos las relaciones con los demás seres humanos y enriquezcamos a otros con la vida de Dios fluyendo en nosotros.
