TEMAS DE OPINIÓN

El Poder de Las Palabras

Mayo 12, 2008


Nuestra boca, nuestras palabras tienen un enorme poder creativo o destructivo. Conforme sea nuestra confesión, así será el resultado obtenido sobre todo nuestro ser y las circunstancias que nos rodean. Revisemos un poco la situación de un hipocondríaco; él o ella, constantemente piensa y proclama que está enfermo(a) o que va a sufrir de tal o cual peste o dolencia; y cada nueva patología descubierta, provoca en el(la) hipocondríaco(a) el temor de poseerla, experimentarla, sufrirla. Este temor expresado verbalmente, tiene poder destructivo sobre su organismo y muy pronto la persona estará padeciendo dicha enfermedad. Este es sólo un ejemplo en términos negativos, pero es igualmente real en lo positivo. El hombre (varón o mujer), que sin ver las circunstancias que le rodean, cree y confiesa que es próspero, que es sano, que es libre, que no le falta nada, al expresarlo estará creando realidades para su vida y muy pronto se verá que es como él lo ha creído y confesado. Revise hoy su vida, medite en lo que es la realidad que le rodea y escudriñe su proceder, su creer y su confesión. ¿Es usted de los que se queja continuamente de su mala suerte, es usted de los que está constantemente enfermo, visitando al médico o la farmacia? ¿Es usted de los que asegura una y otra vez su casa por temor a los ladrones, o de los que prefiere no viajar previniendo la posibilidad de accidentes? ¿Es usted acaso de los que tiene problemas con sus hijos y a la vez proclama constantemente que estos no tienen remedio, que nunca van a corregirse o cambiar? ¿Es usted de los(las) que confiesa que ese compañero(a) que tiene es lo peor que podía haber encontrado y que ya se cansó de soportarlo? ¿Ha declarado usted que no sirve para nada, que siempre le ha ido mal en la vida y que no tiene esperanzas de algo mejor? ¿Acaso piensa y confiesa que la vida va de mal en peor, que no ve rastros de que las cosas mejoren y el horizonte para usted es más gris que nunca? ¿Es usted de los que al sentirse tan deprimido ante las situaciones en que se ha visto atrapado, ha confesado que para usted ya no hay esperanza, que lo mejor sería morir? Si usted lo es... Quiero darle buenas nuevas de gran gozo: para usted si "Hay una esperanza". Jesús en el corazón del hombre es capaz de cambiarlo todo.

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