TEMAS DE OPINIÓN

Gracia

Octubre 13, 2008


Mis muy amados lectores, tal y como les he estado comentando, cada día de la vida es una oportunidad para aprender, para madurar, para crecer. La semana pasada estaba acompañando a mi madre en una de las citas médicas; la doctora que la estaba asistiendo es mi amiga de hace años. De pronto la llamaron para anunciarle que estaba en la sala de espera una joven señora que iba desde Comayagua para recibir su terapia. La Dra. me dijo, venga conmigo porque quiero que esta paciente la conozca y usted a ella, ya que creo que usted puede ayudarle mucho. Salí del consultorio acompañada de la doctora, hacia la sala de espera común, donde me presentó a aquella interesante mujer. Esta dama, a quien voy a llamar Gracia en mi relato, tiene 42 años pero aparentaba mucho menos; estaba vestida con un traje pantalón muy bonito, su pelo muy bien arreglado al igual que sus uñas. Luego me percaté que le faltaba el brazo izquierdo. Resulta que esta hermosa mujer, fue partícipe hace ocho años, de un accidente en la carretera entre Comayagua y Siguatepeque, en el cual murió su padre, su esposo, y sus cinco hijos. Todos creían que ella también había fallecido, además de que tenía cercenado su brazo izquierdo; razón por la cual se encontraba también en la morgue junto a los cuerpos muertos de sus familiares. Ella es hoy día una exitosa empresaria, viaja cada día en la misma ruta en la cual tuvo el accidente, tiene un grado universitario y desea obtener una maestría. Al conversar con ella, se mostraba muy agradecida con Dios por tener una hermana que la acompaña siempre, y su madre con quien vive. Mi querido lector, estoy muy segura que después de conocer este caso, tú estás convencido(a) que definitivamente para ti Hay Una Esperanza.

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