Quiero comentarles mis queridos lectores que llegamos anoche de nuestra gira por Argentina, donde ministramos la Palabra de Dios. Nuestras dos hijas menores y nuestro hijo segundo, fueron a recibirnos al aeropuerto, verdaderamente herencia de Jehová son los hijos, somos enriquecidos y bendecidos de tener hijos que nos aman y nos respetan.
Del aeropuerto nos fuimos directamente a nuestra casa, donde nos encontramos con otra linda sorpresa, mi nuera, la esposa del hijo que fue al aeropuerto, nos esperaba en casa con una cena especial, hecha por ella con mucho amor; no podía haber sido mejor, superaba a cualquier restaurante fino. Pude ver la misericordia de Dios al darnos nueras que son realmente hijas para nosotros.
Yo quiero instar a las personas que tienen suegros, a que los amen como a sus propios padres; y a las que tienen nueras, que las amen y las bendigan porque realmente son las hijas, que van a cuidarles en su vejez.
Jesús dijo que Él venía a traer espada a la tierra, a poner a la suegra contra la nuera y viceversa; esto lo que quiere decir es que la espada, que es la Palabra de Dios, va a exponer las diferencias entre suegra y nuera, si no tienen el mismo espíritu; si no aman al mismo Dios, habrá separación. Pero cuando ambas han nacido del mismo Dios, será como Ruth, quien le dijo a su suegra Noemí, tu Dios será mi Dios, tu pueblo será mi pueblo y donde tu vayas, yo iré.
Si entiendes esto mi querido lector, de verdad que para ti Hay Una Esperanza; sólo con el amor de Dios en nuestro corazón, se puede vivir esta condición. Invita a Jesús a vivir en ti, todo será posible y tu nuera será una tremenda bendición para tu vida; y tu suegra será como una madre para ti.
