TEMAS DE OPINIÓN

Conozcamos Nuestro Destino

Abril 24, 2006


El domingo recién pasado me trajeron de regalo unos marañones, los cuales eran muy raros y especiales en cuanto a longitud y contenido de pulpa. Sin reparar mucho en el marañón en sí, ni la procedencia de este, tomé la semilla de uno de ellos y la usé para ilustrar una enseñanza en la iglesia. Al día siguiente, Jorge, quien me había regalado los marañones me dijo: ¿¡Sabía usted que esos marañones son de un árbol que mi padre plantó en vida, de una variedad especial que su jefe, quien fuera el Gerente de Producción de la Compañía bananera, le trajo de regalo desde Panamá!? Lo sorprendente es que el ingeniero que trajo las plantitas de Panamá, ahora es miembro y líder de nuestra congregación. ¿Qué iba a saber esa semilla de marañón en la República de Panamá, que la plantita que un día iba a producir sería trasladada hasta la nación de Honduras, a una colonia de La Lima, llamada Campo Dos? ¿Cómo podría saber la semilla de marañón que iba a producir un fruto que un día estaría en mi mesa? Más aún ¿Qué iba a sospechar este gerente que en 1990 él estaba transportando una plantita que un día daría un fruto que llegaría hasta la casa de quien iba a ser su líder espiritual? Pero lo cierto es que Dios en Su presciencia, desde 1990 en Panamá sabía que aquella plantita un día serviría para darle refresco en el 2006, a su hija en Honduras. Dios conoce nuestro destino, pero el deseo de Él es que nosotros también lo conozcamos para que no nos extraviemos. Si usted ha estado meditando en su destino, en el propósito de Dios para su vida; entonces para usted Hay Una Esperanza. Estoy segura que el Señor se va a revelar a usted y le mostrará el camino para que no se extravíe, sino que llegue la cumplimiento de su destino y su propósito en esta tierra.

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