Un saludo a todos mis queridos lectores de su columna semanal “Hay Una Esperanza”; deseo que gocen de un excelente día.
Meditaba, recientemente, que los conceptos que el hombre tiene de orden son enteramente subjetivos. Cierta vez le pedí a un joven que me colocara alfabéticamente unos productos, él lo hizo, a su criterio muy bien, pero en ese tiempo, a mí me pareció fatal. Resulta que los colocó de derecha a izquierda, mientras yo esperaba verlos de izquierda a derecha.
Otra vez solicité ayuda para ordenar la alacena de casa, lo cual resultó frustrante para mí cuando fui en busca de algo; debido a que yo regularmente ubico las pastas a la izquierda, seguidamente los vegetales enlatados, luego las carnes preservadas y por último los postres o conservas. La persona que me ayudó usó otro criterio... latas juntas, botes aparte y cajas en otro lado.
Hoy ya he aprendido que no puedo decir que yo estoy en lo correcto y ellos están errados; entiendo que es sólo causado por el subjetivismo que se aplica en estos casos.
De algo si estoy segura, y es que el orden de Dios, no es el orden de los hombres, por muy variado que éste pueda parecer. Dice la Biblia que "en el principio la tierra estaba desordenada y vacía"; es por eso que el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas, para establecer Su orden, no el del hombre, no el de la tierra, sino el de Dios.
Actualmente, en medio del ritmo acelerado de la vida, entre decisiones, inflación e inquietud, el hombre se mueve de aquí para allá, buscando soluciones, queriendo poner orden en su vida; sin embargo en ese proceso, entra en mayor actividad, la cual trae consigo más desorden.
Dios está lanzando Su voz a los corazones de los hombres: "Venid a Mí los que estáis trabajados y cargados, que Yo los haré descansar". El Señor repite: "Echen sobre Mí toda ansiedad", "... aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas". Él nos está llamando a reposar en El, a confiar en Él, a entrar en Su quietud.
Si usted siente que ha estado desordenado y agitado, si se siente desesperado e intranquilo; si sabe que necesita entrar en el orden y el reposo de Dios, para ti, querido lector, Hay Una Esperanza. Busque hoy el rostro del Señor, medite hoy en Su Palabra, pídale a Él que establezca Su orden.
