TEMAS DE OPINIÓN

Fanatismo

Noviembre 4, 2013


Conversábamos en estos días con un hombre joven, casado, padre de familia, quien nos comentaba como recientemente se dio cuenta de algunas cosas que anidaba en su corazón por años ya, las cuales le han afectado de manera sutil. En su deseo de tener un corazón puro y agradar a Dios, este joven se dispuso para exponerse al escrutinio divino; fue así que se percató de que su afición y admiración hacia un determinado equipo de futbol le estaba gobernando. Le habían regalado una camisa de dicho equipo, la cual era considerada una reliquia, con mucho valor económico; algunas veces su hijo pequeño, después de bañarse se ponía la camisa como si fuera una bata de baño. Esto le molestaba mucho al joven padre y trataba de explicarle a su hijo, el cual no podía comprender nada. Este joven se empezó a dar cuenta que cuando estaba viendo los partidos donde jugaba este equipo, no permitía que nadie le hablara; y si acaso su equipo perdía, su carácter cambiaba completamente, poniéndose molesto con los demás. Este muchacho se dio cuenta que cuando el equipo ganaba los partidos, se iban a celebrar a una plaza donde daban culto a la estatua que representaba a una diosa griega o romana. Cuando sus ojos fueron abiertos, pudo comprender que estaba cometiendo idolatría, quitando de su corazón el lugar que solamente le debe pertenecer al Dios que nos creó, nos formó, nos salvó y nos llamó. Estoy casi segura que este no es un caso único, sino que hay muchísimas personas atadas por sentimientos similares de fanatismo, lo cual afecta nuestra vida, pero sobre todo estorba nuestra comunión con nuestro Padre Dios. Queridos lectores, si entre ustedes hay alguien que se identifica con este caso, les garantizo que Hay Una Esperanza, el comienzo de la libertad consiste en darnos cuenta de la atadura, lo siguiente es entender que solamente nuestro Dios debe ocupar el lugar reservado para él, en el corazón. Luego hemos de estar dispuestos a renunciar a todo lo que nos impide ser libres, despojándonos de fotografías, artículos y todo lo que nos liga de manera no sana al objeto de nuestra adoración. Estoy consciente que esto solamente podemos lograrlo cuando hemos recibido el amor perfecto de nuestro Dios en el corazón, al saber que somos amados y aceptados totalmente por el Creador del universo, Quien nos ama celosamente y desea reinar en nuestro corazón y a través de él.

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