Recientemente recibí la llamada de una joven Psicóloga, quien había leído uno de mis libros y deseaba conocerme y conversar conmigo. El nombre no me era nada familiar, pero por supuesto le di la cita para vernos en estos días, lo más pronto posible.
Llegó el día y la hora señalados, ella estaba tan deseosa de nuestro encuentro, que salió muy temprano y llegó antes de la hora acordada. Cuando ingresé a la salita donde nos reunimos, me encontré con una joven mujer muy especial, con un aspecto agradable, espíritu jovial y afable; ella es esposa y madre un niño.
Después de un rato de conversar, ella me expresó cómo el libro había llegado a sus manos. Resulta que hace muchos años yo fui a compartir una charla a un grupo de mujeres en una cena especial en una ciudad de occidente; la persona que organizaba el evento era su madre, a quien yo le entregué el mencionado libro. La joven no asistió a dicha actividad, puesto que en ese momento, ella no quería saber de Dios, ni deseaba leer libros; ella andaba extraviada en un mundo confuso y vacío.
Resulta que esa noche, casi para finalizar el evento, yo oré por la Pastora, quien era la anfitriona y organizadora y le di públicamente una palabra de parte de Dios, acerca de que sus hijos volverían a tomar el camino del Señor; esto activó la fe de la madre, quien a solas oraba desesperadamente por esta situación.
Años después, su hija, la joven psicóloga, sintió tomar el libro que yo le había dado a su madre; al leerlo, ella fue tocada por Dios mismo, lo leyó varias veces, lo regaló y lo compró muchas veces más para bendecir a otras personas.
Mis queridos lectores, puedo decirles que casi nunca tenemos una idea siquiera de la repercusión que pueden tener nuestras palabras en el mundo espiritual.
Muchas veces requiere de bastante esfuerzo y sacrificio viajar a lugares lejanos para servir a Dios y a las personas, pero puedo decirles que definitivamente vale la pena; que sobre todas las cosas siempre Hay Una Esperanza, de provocar cambios en la vida de las personas, para que estas encuentren su diseño perfecto y su destino en la tierra.
Así como hubo esperanza para esta joven, puedo decirte hoy que para ti Hay Una Esperanza, alguien ya está declarando una palabra de dirección sobre tu destino y tu propósito; o tal vez tú también podrías ser tocado a través de uno de los libros que Dios me ha permitido escribir, puedes solicitarlos.