TEMAS DE OPINIÓN

Diferencia

Febrero 3, 2014


Hace más de cincuenta años, un misionero americano llegó a la China. Él se sorprendió grandemente cuando observó que los perros arrastraban por las calles los cuerpos muertos de algunos niños. Él preguntó a que se debía tal situación tan grotesca; a lo cual le respondieron que allí, cuando los niños morían, sus padres o familiares dejaban los cuerpos tendidos en el patio para que sirvieran de alimento a los perros; debido a que esa era la costumbre del lugar. Aquel hombre, consternado se encerró a hablar con Dios y le dijo: Señor, cueste lo que cueste, yo te pido, que esa costumbre sea erradicada y que este pueblo aprenda a enterrar los cuerpos de sus niños muertos. Unos meses después, la niña menor del misionero enfermó gravemente de gastroenteritis; el varón de Dios oró por la salud y la vida de su amada niña, pero fue en vano... a los pocos días ella murió. El misionero y su esposa prepararon todo para hacer un servicio fúnebre, y enterraron el cuerpo muerto de su hijita en la cima de un monte muy alto, el cual se divisaba de todos los ángulos de la ciudad; la mayoría de los habitantes acudieron para ver de qué se trataba, y los que no pudieron asistir, fueron informados por los demás. De esta manera, los habitantes de esta ciudad de la China aprendieron y adoptaron la costumbre de enterrar a sus muertos. Aprendemos de esta historia verídica, que casi siempre hay un alto precio que pagar para ser pionero, para abrir brecha, para romper una tradición o introducir un cambio, aunque este sea favorable y beneficioso. Es posible que usted que está leyendo esta columna, sabe que ha sido llamado para ser diferente, para implementar cambios; quizás para ser el único en medio de sus compañeros, que decida dejar de parrandear cada fin de semana. Tal vez está sintiendo el llamado a buscar la presencia de Dios, a desear un cambio de vida, una transformación interior; usted sabe que esto le ocasionará fricciones y trastornos con sus amigos, que provocará rechazos hacia usted. Es posible que usted sabe que necesita romper con cierta forma de vida que usted ha estado siguiendo sólo por rutina, tradición y herencia, sin saber la razón, o quizás sin estar de acuerdo con lo que practica. Si ese es su caso, yo le digo que para usted Hay Una Esperanza. Atrévase a ser diferente, Dios quiere que usted haga lo que Él le está llamando a hacer y a ser.

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