TEMAS DE OPINIÓN

Cuidando el Corazón

Enero 12, 2009


Quiero comentarles mis queridos lectores, acerca de una persona a quien quiero mucho, yo le conocí hace unos 23 años aproximadamente. Para ese tiempo, esta persona dependía de drogas y alcohol, pero el poder de Cristo le rescató, le salvó; y además, le liberó de una enfermedad terrible, el asma. Este hombre comenzó a ser transformado en diferentes áreas de su vida, desde joven encontró a una pareja quienes le ofrecieron un trabajo y aunque comenzó siendo conserje y barrendero, llegó a ser una persona de mucha confianza de sus jefes, al punto de administrar sus empresas. Este varón, se casó, tuvo hijos preciosos; sus padres se convirtieron a Cristo y todos se mantuvieron sirviendo al Señor; pero algo pasaba en le corazón de él, como que se hubiera endurecido su corazón por alguna razón, como que se hubiera olvidado de la misericordia de Dios y todo lo hubiera tomado como si lo mereciera. Un día, después de muchos años, sus jefes detectaron que él había cometido un error muy serio en el sistema de facturación y registro de ventas, por lo cual, con mucho dolor y decepción se vieron obligados a despedirlo, sin que él tuviera derecho a pedir nada, por la gravedad del caso. Fue entonces cuando este hombre, al percatarse de su realidad, se quebrantó, se humilló, suplicó que le dieran otra oportunidad en vista de sus compromisos financieros, sus responsabilidades familiares, pero sobre todo, porque esa era su casa y no podía imaginar su vida en otro lugar o de otra forma. Muchas veces los seres humanos nos volvemos insensibles, ponemos caparazones al corazón; por lo que tiene que venir un golpe de “almádana” para volverlo a quebrar. Mi querido lector, quiera Dios que esto te sirva para reflexionar, para cuidar tu empleo, cuidar tus relaciones con tus jefes, pero sobre todo, cuidar tu corazón y mantenerlo puro, recto, humilde y sencillo. Deseo que hoy te des cuenta que para ti Hay Una Esperanza, estamos comenzando el año apenas y es un buen tiempo para recapacitar y enmendar tus caminos y tus sentimientos. Jesús desea ayudarte, clama a Él y Él te responderá.

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