Esta es una semana mas en que podemos compartir algo interesante ¡que bueno! espero que ustedes mis queridos lectores, sean edificados.
Recién llegué de una ciudad del norte, donde estuve predicando Su Palabra y compartiendo testimonio de lo que Dios hace. Cuando llegué anoche al lugar de la reunión de damas, que por cierto eran muchísimas, la persona en autoridad me apartó hacia un lado para conversar conmigo antes de que iniciara la reunión.
De pronto, esta joven señora me dijo, señalando hacia el frente ¿ve aquella mujer vestida de negro? Ella tiene un puesto importante en el gobierno municipal, pero lo tremendo es que hace unas semanas compartió su testimonio en público y allí nos enteramos de algo impactante; le pregunté qué era y me respondió:
Cuando usted vino el año pasado a compartir con nosotros, ella había sido invitada a la reunión, por la esposa del Alcalde, por lo cual vino por compromiso; pero dice que cuando usted empezó a hablar, ella se sintió muy tocada y que cuando usted hizo un llamado para recibir a Jesús, ella batallando en su mente y su corazón, pasó al frente, pero que en ese momento ella decidió entregar su vida a Jesús. Luego, me dijo la señora, el asunto es que ella en ese momento tenía varios años de vivir en adulterio con un hombre casado, pero al tomar la decisión por Cristo, ella terminó radicalmente esa relación y su vida ha sido transformada. Hoy día, me dijo ella, esta mujer tan especial es un gran apoyo para llevar a otras mujeres al conocimiento de la Verdad y la libertad en Cristo.
Mis queridos lectores, no saben como me sentí de agradecida con Dios; porque muchas veces uno va a los lugares, predica, ora, declara, hace lo que uno siente hacer, con la confianza de que algo va a pasar; pero como que no nos damos total cuenta de todo lo que Dios hace, sencillamente por disponernos para que Dios pueda usarnos.
Mujer o varón, si acaso tú que lees esta columna, estuvieras en una situación similar, quiero asegurarte que para ti Hay Una Esperanza; Cristo Jesús te puede dar la libertad y la fuerza para salir del pecado y ordenar tu vida.
