Un saludo a mis queridos lectores de su columna semanal Hay Una Esperanza, deseo que gocen de un excelente día.
Una de las situaciones con las que el ser humano se confronta cada día es con la de "decidir". El ama de casa desde que se levanta tiene que decidir qué alimentos va a preparar para su familia. El hombre de empresas debe decidir que ropa va a usar y luego a qué personas va a visitar o recibir en ese día. El maestro decide qué va a enseñar y el alumno debe escoger qué va a estudiar.
Eso no parece tan complicado, pero podemos confrontar situaciones como las siguientes: Un hombre cuya esposa está por dar a luz en un parto de alto riesgo, donde él tiene que decidir la vida de cuál de los dos debe salvar el médico. Una joven cuyos padres se oponen a sus relaciones amorosas con su enamorado, debe decidir a cuál de las dos partes agradar. Un hombre casado de pronto se ve involucrado emocionalmente con otra mujer y se confronta ante la elección entre su hogar establecido y la nueva relación amorosa.
En nuestro país, aún el sistema educacional no está orientado a promover nuestro proceso de decidir. Usualmente nuestros padres han decidido por nosotros hasta la adultez: qué zapatos hemos de usar, como hemos de vestir, qué carrera vamos a estudiar, que amistades debemos escoger, y mucho más.
Muy pronto nos encontramos con la situación de que somos personas adultas, que estamos enfrentando responsabilidades en la vida y no sabemos cómo decidir. Ante tal situación, surge como una alternativa inmediata el delegar la decisión a alguien más, evadiendo así, la responsabilidad que está sobre nosotros. Si somos honestos y sinceros, al escudriñar nuestra propia vida nos daremos cuenta que hemos estado evitando tomar decisiones, ya sea delegando a otro tan preciado privilegio o postergando la decisión, obstaculizando así nuestro progreso y caminar.
¿Es usted de los que cuando le preguntan que desea tomar responde "cualquier cosa"? ¿Se identifica usted con las personas que cuando les preguntan qué color quiere el chongo para el regalo que le están envolviendo, contesta que "le da lo mismo"? ¿Acaso es usted de los que cuando le preguntan en qué prefiere participar en la actividad de la escuela, contesta "no importa en qué"? Cuando lo invitan a comer un helado y le preguntan su preferencia de sabor, ¿Responde usted "de lo que tengan"?
Usted necesita confrontarse diariamente con decisiones que pueden afectar el resto de su vida. Quizás va a tener que decidir hoy si va a fumarse un cigarrillo o no; tal vez deberá decidir si va a abandonar a su esposa o no; más dramático aún, quizás deba tomar hoy la decisión de quitarse la vida o seguir viviendo.
No importa cuál sea la decisión que usted tenga que confrontar hoy o mañana, si usted tiene dificultad en decidir, si se siente que ha incurrido en alguna de las situaciones anteriores, no tema, porque para usted Hay Una Esperanza. Puede estar seguro de que su más inmediata y mejor decisión es escoger la vida; Jesús en su corazón, y todo será añadido.
