Ciertamente que el mes de septiembre es muy bonito, es el mes de la patria en nuestro país; además, en esta época es fin de año en Israel y es la preparación para la fiesta de los Tabernáculos.
A mediados de este mes, en Honduras celebramos la independencia; particularmente los centros educativos hacen diferentes actividades alusivas a esta ocasión tan importante.
La gente celebra ser independientes, pero muchos de ellos no viven en libertad. Hay personas que viven presas de sus emociones y sentimientos, otros viven atados a la amargura y otros más, están encadenados a un vicio como el alcohol o el tabaco o la droga; mientras otros están cautivos en el pecado, llámese adulterio, fornicación, pornografía, lascivia, robo, mentira, soborno o cualquier otro nombre.
La verdadera libertad es interior; conozco presos en la cárcel física que viven libres; mientras otros que andan libres viven cautivos.
Me parece mi querido lector, que hoy es un día excelente para meditar en la necesidad que tenemos todos de ser verdaderamente libres; y dependientes solamente de nuestro Creador y Padre, nuestro Dios.
Nuestro Señor Jesucristo nos dejó un legado muy importante, a través de Su Palabra sabemos que “conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres”; nos preguntamos ¿qué es conocer la verdad? Es conocer a Jesús y Su palabra.
Si tú deseas experimentar la libertad verdadera, te invito hoy a que sencillamente le digas a Jesús, allí mismo donde te encuentras leyendo esta columna del periódico: “Jesús, necesito conocer la Verdad , porque necesito ser libre”. Te aseguro mi querido lector que para ti “Hay Una Esperanza”, como la hubo para mí hace unos veinticinco años, cuando Jesús me libertó.