TEMAS DE OPINIÓN

El Perdón

Octubre 5, 2009


“Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”. Col. 3:13 En nuestro recorrido por la vida, nos encontramos con muchísimas personas que de una u otra manera han interferido con nosotros, provocando heridas y daños emocionales.  Sin embargo, es al hombre mismo al que le toca decidir si desea continuar en su posición de mártir o víctima de las groserías de los demás. Si dentro del proceso, nos negamos a perdonar, a olvidar, aun a amar al ejecutor de nuestros aparentes dolores; seguramente somos nosotros quienes permaneceremos envueltos en el problema.  El que se niega a perdonar, está abriendo una puerta automática al resentimiento, al odio, al rencor y a la autoconmiseración.  Esto implica que cuando espíritus inmundos se acerquen, encontrarán asideros o cabida en esa vida, para manipularla, aun para expresarse a través de ella. Muy por el contrario, el que decide perdonar, porque reconoce que la naturaleza de Dios es amor, que Dios mismo nos perdonó a nosotros todas las infamias, agresiones, con que le dañamos un día o muy a menudo; estará adquiriendo más y más la naturaleza de Cristo (que es amor). Perdonamos por amor al Señor, porque Su palabra dice que perdonemos hasta setenta veces siete (número que indica plenitud) y estamos dispuestos a ser Sus discípulos.  El amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones, es el único capaz de perdonar, o sea el Espíritu Santo en nosotros.  Nuestra alma (carne) se niega y reniega. La falta de perdón trae consigo amarguras, resentimientos, envidias, celos, contiendas.  Es muy posible que usted lo haya percibido en su vida y no puede detectar claramente la fuente de su condición; le invitamos a que hoy reconozca que Jesucristo es ese tesoro en el corazón nuestro, con quien todo se torna en amor y bendición.  Dígale ahora mismo al Señor, que venga a tomar el control de su vida, que el Espíritu Santo se derrame en amor, que usted por lo pronto, decide perdonar (a cada uno por nombre) por amor a El.  Usted comenzará a ver la diferencia, la gran liberación interior.

Ver Todos los Artículos