Muchos saludos a mis queridos lectores, para ustedes mis mejores deseos y la declaración de tiempos de prosperidad en todo aspecto.
Quiero contarles que este día, mientras me dirigía hacia la ciudad de San Pedro Sula, mis ojos fueron atraídos al nombre de la película que estaban exhibiendo en el cine, frente al cual íbamos pasando, “ La Maldición de las Hermanas”, pensé que era un tema poco agradable; pero mis ojos alcanzaron a leer el nombre de la otra película en la misma cartelera, este era “Arrástrame al Infierno”. Me quedé impactada ante tales títulos, pensé en toda la maquinación que el enemigo ha venido tramando, para capturar las mentes de las personas, particularmente de los jóvenes, a través del cine.
Lo que un día nació con la sana intención de producir diversión y solaz a las personas, hoy se ha convertido en un sistema de bombardeo mental del mismo infierno.
Todo lo que entra por el ojo de las personas, es registrado en su cerebro, las imágenes se guardan en una especie de sistema de almacenaje o memoria en el subconsciente, de manera que estas impresiones vuelven una y otra vez, aún mientras la persona duerme.
Este tipo de proyección que el ser humano recibe, estimula sus sentidos y activa la agresividad natural, provocando una atracción hacia lo oculto y a las mismas tinieblas; que luego los conduce a cometer actos delictivos y vergonzosos.
Necesitamos orar para que surjan productores de cine con una mente sana, renovada por Dios. Es nuestra responsabilidad evitar en la medida de lo posible, que nuestros hijos asistan a presenciar tales cosas.
Pero por encima de todo, no podemos quedarnos pasivos, aceptando todo esto que contamina a nuestra gente; si tú mi querido lector crees que todavía Hay una Esperanza, entonces te invito a educar a los tuyos al respecto, a comunicarle a los que están a tu alrededor qué cosas son del agrado de Dios y cuales le ofenden; entonces estarás contribuyendo a preservar la vida y la luz.
