Estamos pasando por tiempos tan difíciles y situaciones tan duras, que el hombre busca por doquier un escape a su realidad. En los últimos días he conversado con diferentes personas, de diversa condición social, económica, edad y las circunstancias son apremiantes, difíciles para ellos, sin excepción.
Mientras unos están involucrados en problemas legales o jurídicos, otros pasan por depresiones severas que les han conducido al intento de suicidio. De la misma forma, hay algunos que sienten que su vida avanza y se acorta, mientras sus hijos se escapan de su lado, se les escurrieron y ya no están a tiempo de alcanzarlos o tener control sobre ellos. Asimismo otros padecen problemas de salud severos, casi incurables que además los tienen preocupados.
Muchísimos de los hombres o mujeres que se han acercado al Señor para entablar una relación personal con EL, lo han hecho a través de mucha tribulación y dolor, y se han convertido en siervos fieles, contentos y felices de serlo.
Lo que quisiera enfocar en esta ocasión es, que no es necesario esperar a ser atraídos con latigazos para acudir a Su llamado ya que El nos llama primeramente con cuerdas de amor, de una forma dulce y suave.
Es posible que usted esté pasando ciertas pruebas y penurias y que aún así no reconozca que lo necesita a EL. Si esta es su situación le invitó a reconocer a Jesús en su vida, que por supuesto está dispuesto y deseoso de restaurar su vida por completo, además de ayudarle a transformar su condición.
