Mis queridos lectores, es inevitable decirle adiós a este año que está a punto de finalizar, como inevitable es meditar en lo que hicimos y lo que dejamos de hacer, pero sobre todo es importante tomar fuerzas y disponernos para un nuevo reto en un año que ya va a despuntar.
Veo hacia atrás y no puedo menos que estar muy agradecida con mi Padre Bueno, el Dios que me formó, Quien me ha sustentado en los momentos más difíciles y en los sencillos, para todos ellos, mi Dios siempre fue provisión.
Quiero animarte mi querido lector, para emprender nuevas cosas, para asumir nuevos retos y para alcanzar grandes metas en el año dos mil diez. Estoy muy segura que las oportunidades que estaban cerradas se van a abrir y que las situaciones que estaban detenidas van a comenzar a avanzar.
Yo estoy muy segura de lo que te digo, pero también sé que hay una premisa que debes cumplir y esa es, creer en el Hijo de Dios, en Jesucristo Quien nos da la vida y vida en abundancia, porque las promesas de protección, las de bendición y de completa prosperidad son para los que temen a Dios, para los que aman Su Palabra y obedecen Su ley.
Querido lector, cuando te menciono lo de cumplir la ley de Dios, no te hablo de algo inalcanzable; no, te estoy hablando de algo que ya el mismo Jesucristo conquistó, y por lo tanto nos legó por Su Gracia a los que creamos en Su obra redentora, concediéndonos de esa manera la maravillosa oportunidad de ser Hijos de Dios y hermanos de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Si tu mi querido lector lo crees, entonces para ti Hay Una Esperanza, esperanza de ser llamado hijo de Dios, esperanza de vivir en integridad, en santidad y en prosperidad. No hay mejor propósito que puedas hacerte para el año por venir, que el de desear conocer en forma privada y personal, a Quien te ha salvado desde hace miles de años.
Yo bendigo tu vida, deseo para ti todo lo mejor que Dios en Su inmensidad pueda darte; que tengas gratitud en tu corazón en todo tiempo y puedas adorar al que te amó desde antes de formarte. Que tengas un tiempo muy feliz y bendecido en Su amor.