TEMAS DE OPINIÓN

Dios tiene tu destino en Sus manos

Enero 18, 2010


Mis queridos lectores, es de mucho gozo para mi saludarles como cada semana lo hago, declarando siempre para ustedes las mejores y más ricas bendiciones para toda la semana que comienza. Quiero comentarles acerca de un bonito encuentro que tuve en estos días; resulta que fui invitada para compartir testimonio y una palabra de consejo, con un grupo de mujeres que se reúnen un día a la semana en un restaurante de la ciudad de San Pedro Sula, para desayunar, pero sobre todo para compartir las bendiciones del Padre. Yo hablé acerca de lo que yo era y como Dios transformó completamente mi duro corazón y me dio razón para vivir, me dio salud, hizo milagros en mi cuerpo, pero sobre todo ha restaurado y sigue restaurando las relaciones familiares, trayendo total paz y armonía. Entre las asistentes había una mujer, quien se sentó casi frente a donde yo estaba parada compartiendo; la sentía muy cerca, pero sobre todo podía percibir como ella estaba absorbiendo todo lo que yo decía; por momentos veías sus ojos húmedos al borde del llanto. Cuando terminamos y todos comenzaron a despedirse, ella se acercó y me dijo: “Quisiera hablar unos minutos con usted”; la invité a sentarse para que pudiéramos conversar.  Ella comenzó diciéndome: “Yo la conocí a usted en 1972, cuando usted vivía en Danlí, pues yo provengo de allá.  Yo recuerdo cuando en una ocasión había una fiesta en el Casino y usted iba vestida con un disfraz con plumas…etc” Me quedé impresionada por algo, en ese tiempo, hace casi 40 años, yo ni soñaba con encontrarme con Jesús en mi camino, mucho menos pensaba que un día yo iba a predicar la Palabra de Dios; ni se me cruzó por la mente la idea de vivir en el norte de mi país. Por supuesto, mucho menos pensaría que esa mujer que me vio pasar esa noche, un día estaría conmigo, pidiendo oración, después de 38 años y tantas vueltas que ha dado la vida, para ella y para mí.  Sin embargo, yo si estoy segura y convencida que mi Padre Dios lo sabía absolutamente todo, porque a Él no se le escapa un solo detalle. Yo quiero decirte mi querido lector, si estás seguro que Dios tiene tu destino en Sus manos, para ti Hay Una Esperanza; si tú crees que Dios sabe absolutamente cada detalle de lo que tú harás y donde estarás dentro de diez años, ten la certeza que así es.  Te invito a que entregue hoy tu corazón a Dios, para que camines en la senda que Él ha determinado para ti, en Su perfecta voluntad y no tuerzas ninguno de tus pasos.  Que Dios te bendiga y haga brillar Su luz sobre ti.

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