TEMAS DE OPINIÓN

La Nueva Generación

Enero 25, 2010


Les saludo con el cariño de siempre, mis queridos lectores; a la vez, tengo como siempre, algo interesante para compartirles.  Fui invitada por una Institución educativa cristiana, para impartir una charla a los estudiantes desde quinto grado hasta undécimo, con la presencia de todos los padres de familia de la institución, ya que se trataba de una “Escuela para Padres”.  La exposición giraba en torno al tema del noviazgo, relaciones entre jovencitas y muchachos, sobre todo enfocado en “¿A qué edad se puede…?”, Por supuesto les hablé desde la perspectiva bíblica, donde la palabra “noviazgo” no existe, sino el “desposorio”, que es el compromiso serio entre un varón y una mujer, listos para contraer matrimonio.  De igual forma enfoqué la atracción natural que existe entre los jovencitos cuando están entrando a la pubertad o adolescencia; y como deberíamos manejar los padres esta situación. Al final de la charla, hubo un tiempo de preguntas, tanto por parte de los estudiantes como de los padres.  En primer lugar se dio paso a las preguntas anónimas y por escrito, de los estudiantes. Créanme mis queridos lectores que me quedé impactada ante la precocidad de los muchachos, nunca esperé encontrar tal situación; yo misma me quedaba perpleja, porque las preguntas no eran acerca de atracciones inocentes, sino que hablaban de posibles embarazos.  Con la ayuda del Señor, contesté lo mejor que pude; pero sobre todo, traje conmigo una carga por la juventud en general. Es posible que tú que estás leyendo esta columna seas un joven o una joven; o tal vez eres un padre o madre de jóvenes, que están pasando por algo similar y no sabes la forma de apoyarles.  Cualquiera que sea tu posición, para ti Hay Una Esperanza, porque puedes y debes orar por ello, sin cesar.  Segura estoy que Dios va a responder. Nuestra juventud está siendo asediada por dardos del enemigo, quien quiere acabar con ella.  El diablo sabe que una nueva generación llena de la santidad de Dios, le haría pedazos sus artimañas y proyectos destructivos.  Por eso mi querido lector, levantémonos con las armas espirituales que son el amor, el perdón, la paz, la obediencia, el servicio, la comprensión, la santidad, la oración, la alabanza, la declaración de la palabra de Dios y la fe, para darle un mazazo al destructor de las almas.  Dios ama a los jóvenes y tú y yo debemos amarlos y apoyarlos.

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