TEMAS DE OPINIÓN

Dios Restaura las Familias

Febrero 1, 2010


Muchas bendiciones para cada uno de ustedes, mis queridos lectores.  Este día me siento muy contenta por algo precioso que Dios hizo conmigo. Probablemente se acuerdan que hace un par de semanas les compartí que mientras yo iba manejando, le pedí al Señor la oportunidad de ministrar a una familia que necesitara ser restaurada.  Esa misma mañana cuando regresé a las instalaciones del Ministerio, me encontré con dos varones, hermanos entre sí, quienes comenzaron a hablar conmigo de su vida personal y supe que definitivamente Dios los había enviado en respuesta a mi petición. Pues bien, en estos días, Dios me permitió viajar a la ciudad donde ellos residen; tuvimos una reunión con ellos y toda su familia.  Estaba la madre, sus cuatro hijos varones con sus respectivas esposas o compañeras de hogar; y una hija con sus dos hijas.  Fue un tiempo muy especial, ya que hacía unos tres años ellos no se habían podido reunir todos.  Casi todos ellos estaban separados o divorciados de sus esposas, pero Dios hizo algo poderoso en el corazón de ellos. El Señor me permitió hablarles acerca de la iniquidad generacional de divorcio y adulterio; ellos de manera muy sincera pidieron perdón a Dios por el pecado de sus abuelos, de sus padres y el suyo propio. Yo estoy muy convencida de que Dios ya comenzó a hacer algo tremendo en cada miembro de esa familia y en la familia entera. Mi querido lector, a lo mejor tú estás pasando por algo similar y has pensado que para ti no hay salida.  Quiero decirte que si para ellos hubo una oportunidad, para ti también Hay Una Esperanza.  Tú puedes comenzar ahora mismo a clamar a Dios que perdone el pecado de tus ancestros, que corte las maldiciones o consecuencias de su pecado.  Pide perdón por tus propias iniquidades y toda conducta que ofende a Dios. Nuestro Buen Dios es especialista en restaurar y hacer todo de acuerdo al plan eterno de Dios.  El está muy interesado en traer de vuelta la armonía a los hogares; el tuyo no es la excepción, tú puedes disfrutar la vida en abundancia, o sea, la felicidad de vivir de acuerdo al orden divino.

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