Me es muy grato saludarles mis queridos lectores, deseando que se encuentren en paz y bendición.
Me había olvidado de contarles una experiencia que viví hace varias semanas. Íbamos mi esposo y yo hacia la ciudad de México en un pequeño avión Embraer, la cabina del piloto era sumamente pequeña. Cuando estábamos abordando, mi esposo me hizo el comentario “La cabina es tan pequeña, que este avión no lleva copiloto”. Solamente escuché y pensé para mis adentros “¿Qué pasaría si al piloto le ocurre algo?”.
El vuelo fue muy agradable, pero cuando ya íbamos a llegar a nuestro destino, de pronto vi al piloto que salía de la cabina y se conducía hacia la parte de atrás, para usar el servicio sanitario; quedé viendo a mi esposo con una mirada interrogante, la cual él comprendió y me dijo: “Debe de haber puesto el piloto automático para que dirija el avión”.
Inmediatamente comencé a meditar en nuestras vidas, en las seguridades aparentes que a veces nosotros tenemos, pero que la única seguridad realmente reside en nuestro Dios y Padre, Quien tiene cuidado de nosotros.
Es bueno recordar que Dios tiene un plan con nuestras vidas y un destino que cumplir; mientras ese propósito no se haya alcanzado, nada nos va a ocurrir, porque si hemos creído en Dios y le amamos de todo corazón, podemos tener la certeza de que nuestra vida está escondida en Él, pase lo que pase.
Querido lector, Dios tiene un propósito contigo y un diseño especial; entrega hoy tu corazón al Señor, para que encuentres tu destino, para que sepas que estás cobijado y seguro en Sus brazos. Nada ocurrirá que Dios no lo determine para ti, si es que le amas de verdad.
Si reconoces al Señor en todos tus caminos, aún en medio de la adversidad, para ti siempre Hay Una Esperanza; porque en todo lo que ocurra, Dios estará cumpliendo Su propósito en tí; todo colaborará para que se cumpla el divino plan.