TEMAS DE OPINIÓN

Viaje a Japón

Mayo 18, 2010


Siempre es para mí de mucha alegría comunicarme con mis queridos lectores, quienes semana a semana están pendientes de esta su columna.  En esta ocasión quiero comentarles acerca de la interesante experiencia que ha sido para mí, haber viajado al continente asiático, particularmente a Japón. El Señor nos permitió a mi esposo y a mí, viajar durante catorce días, habiendo regresado recientemente.  Puedo decir en términos generales que es una cultura impresionante, donde la gente trabaja muy duro, todos tienen mucho respeto a su prójimo, son conscientes de las necesidades de los demás y tratan de ayudar y resolver. Las personas en general son muy educadas, su trato es muy cortés y delicado; sobre todo son muy íntegros en su forma de proceder. Yo los observaba y pensaba para mis adentros ¡Si tan sólo conocieran a Jesús! Es interesante que personas que no conocen al Señor, el único en Quien tenemos salvación, puedan vivir algunos de los principios del Reino de Dios, como ser la integridad, el respeto mutuo y otros;  sin embargo, esta gente tiene un alto índice de suicidio, porque cuanto sienten que no pueden enfrentar una situación o no encuentran solución a sus problemas, la única alternativa que ellos conocen es quitarse la vida. Es decir que culturalmente tienen cosas buenas, muy parecidas al fruto del Espíritu, pero no lo es; ya que la gran diferencia es que los que tienen al Espíritu Santo generan vida, aman la luz y anhelan vivir para adorar a Dios en todo tiempo. Cuánta necesidad tienen ellos de escuchar que en verdad para ellos Hay Una Esperanza, a través de Cristo Jesús; que no tienen que buscar la muerte, porque ya Cristo venció la muerte para darnos vida en abundancia. Yo sabía desde hace mucho tiempo que hay una gran necesidad de Dios en esa nación, pero ahora pude palparlo de cerca, pude percibir por mí misma el inmenso vacío en ellos, porque no tienen a Jesús.  Pienso que para ellos es muy difícil recibir a un Jesús que no es japonés, pero tampoco es hondureño, ni argentino, ni americano.  Nuestro Señor Jesucristo es Espíritu; Él ha resucitado en Su cuerpo glorificado, para morar en cada corazón que crea en Su sacrificio y desee recibir la Vida Eterna. Para ti mi querido lector, también Hay Una Esperanza al igual que para ellos; es Cristo Jesús en el corazón, Quien salva a los habitantes de todas las naciones de la tierra; si tú ya lo has recibido y reconocido como Señor de tu vida, entonces ayúdanos a orar por los que aún no le conocen.

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