Hola mis queridos lectores ¿cómo se encuentran este día? Yo creo y confieso que muy bien, dispuestos para un nuevo tiempo de bendición.
Quiero comentarles acerca de algo que me ocurrió hace unas pocas horas: Resulta que estaba empacando mis cosas para un viaje misionero, luego de concluir con la ropa y después de haber sacado parte de lo que ya había colocado, para bajarle peso; me dispuse a ordenar lo que debía llevar en la bolsa de mano.
Revisé las tarjetas, me di cuenta que me faltaban las tarjetas de viajero frecuente para acumular millas en la segunda porción de mi viaje; las busqué donde siempre las guardo, pero no estaban allí. Muy sorprendida y extrañada, repasé otra vez, tarjeta por tarjeta, pero justamente la mía no estaba.
En ese momento no me sentía bien de salud, así es que un poco incómoda ya, queriendo cerrar la gaveta, involuntariamente se me cayó una billetera vieja que tenía guardada, regándose sobre el piso todas las tarjetas que no tengo en uso. En el momento me molesté, comencé a recogerlas, ayudándome una amiga que se encontraba conmigo en ese momento ¿Qué cree usted? Allí estaba la tarjeta perdida que yo andaba buscando, parece ser que al guardarla la última vez que la usé, la coloqué en el lugar equivocado.
Definitivamente es cierto y es real que a los que amamos a Dios, todas las cosas nos ayudan a bien; creo que yo nunca hubiera buscado dentro de esa vieja billetera, pero que bueno es mi Padre Dios que se ocupa aún de las cosas más sencillas y triviales que nos acontecen.
Quiero decirte mi querido lector, aún en medio de las cosas que parecen salirnos mal o contrarias a lo esperado, está la mano de nuestro Dios, Quien siempre tiene cuidado de nosotros.
Si en medio de toda situación o circunstancia tú siempre ves la intervención divina, para ti Hay Una Esperanza, no te canses de reconocer al Señor en todos tus caminos.
Cuando no encuentres algo, pide a Dios que abra tus ojos y espera confiadamente en Él, porque ciertamente Él lo hará. No pases desapercibidos los detalles, aún los que parecen negativos, porque nuestro Dios es un especialista en tornar todas las cosas en bendición para nosotros Sus hijos.
