Quiero saludar y bendecir a mis queridos y asiduos lectores de esta su columna “Hay Una Esperanza”.
Les quiero comentar algo que me ocurrió esta mañana: Estaba realizando una compra vía internet, ya casi al final del trámite, después de haber escogido, llenado, revisado y demás, me pedían mi correo electrónico, procedí a escribirlo como siempre lo hago, usando la función Alt 64 para colocar el signo @; sin embargo al oprimir esta función, automáticamente me sacaba de la página, llevándome hacia el paso anterior. Lo volví a intentar haciendo exactamente lo mismo y volvió a suceder igual; y así sucesivamente por tres veces consecutivas.
Cuando ya iba a buscar una nueva forma de colocar el signo @, se me ocurrió revisar el teclado y me percaté que la lucecita que indica cuando los números están bloqueados, estaba apagada. Apreté la función correspondiente, se encendió la luz, procedí a escribir Alt 64 y todo estuvo excelente, al cuarto intento.
Me quedé pensando que nosotros como seres humanos cometemos errores en cosas pequeñas y en cosas grandes; pero cuando nos disponemos a hacer lo mismo otra vez, no tenemos el cuidado de revisar en qué fallamos la vez anterior, para enmendar.
Esto parece sencillo, pero conozco personas que se han casado dos, tres y hasta cuatro veces pero nunca funciona; sencillamente porque automáticamente se le echa la culpa a la otra persona, casi nunca uno revisa ¿en qué fallé yo?. Así, entramos en nuevas relaciones haciendo intentos fallidos para tener éxito, pero como no revisamos y no corregimos, volvemos a fracasar.
La vida es la mejor escuela para aprender a vivir; sin embargo las enseñanzas más importantes las obtenemos de los errores cometidos, si es que estamos dispuestos a revisar, reconocer y corregir.
Es muy probable que en este momento el Señor te esté hablando a través de este artículo, entonces comienza a revisar aquellas áreas o situaciones en las cosas has fallado, pide revelación al Espíritu Santo para ver donde no habías visto antes. Te garantizo que para ti Hay Una Esperanza.
Hoy puedes comenzar a reparar tu pasado para vivir un futuro feliz, solamente tienes que encender la “luz” para que todo te salga muy bien.