Esta tarde, mientras salía del Super Mercado con mis compras, me llamó la atención un anuncio pegado sobre la pared exterior, con variadas ilustraciones; el título principal decía ¿Desea saber de dónde viene y para dónde va? Y luego anunciaban una charla de metafísica y psicología profunda, que seguramente captará la atención de muchísimas personas.
Esto me hizo meditar mucho en Jesús, Él decía y sabía que venía del Padre e iba hacia el Padre. Todos los que hemos nacido de nuevo, sabemos que provenimos del corazón de Dios, Quien nos estableció un destino que cumplir en esta tierra, y que cuando esto se culmine, volveremos al corazón de Dios nuevamente.
Hace muchos años hubo un hombre, quien en su lecho de enfermo fue cuidado en su casa en medio del campo, por una mujer cristiana, quien le leía la Biblia y lo condujo al conocimiento de Jesucristo y Su precioso plan de salvación. Este hombre, antes de morir expresó: Si yo hubiera sabido que lo que en mi inmadurez, yo expuse como una teoría, iba a causar tal efecto y confusión a la humanidad, nunca lo hubiera dicho.
Este hombre era Carlos Roberto Darwin, el precursor de la teoría evolucionista del origen del hombre.
Este científico, hoy famoso, propuso que el hombre provenía del mono; pero antes de fallecer comprendió perfectamente que el hombre proviene de Dios. Nadie más, sino sólo Dios, Quien fue, quien es y será, podía haber hecho una obra tan preciosa como es el ser humano; con la capacidad de contener a Dios mismo en su corazón.
Si tú sabes de donde vienes y para donde vas, te felicito, para ti Hay Una Esperanza, una esperanza de eternidad, de morar para siempre en el corazón del Padre, y el Padre en el suyo, a través de creer en Su Hijo Jesucristo, Quien murió y resucitó para darnos vida.
