Es asombroso cómo las personas han acogido con tanta inocencia celebraciones como "Halloween" quizás desconociendo el origen de ella. En nuestros países un sinnúmero de niños y jóvenes participan "inocentemente" de esta fiesta, como una diversión "sana", promovida aun en muchos centros educativos. Aun para algunos creyentes esto parece un inofensivo juego de niños, ignorando la seriedad y peligro de dicha celebración. Sin embargo su origen nos demuestra todo lo contrario.
"Halloween" se remonta a los celtas, quienes celebraban un festival en honor al dios de la muerte (Samhain) precisamente el 31 de octubre, último día del año, fecha en la cual formaban una inmensa fogata de madera de roble y usaban disfraces hechos de pieles de animales y sus cabezas. Los romanos combinaron con la fiesta de los celtas dos festivales romanos de otoño (uno se llevaba a cabo a fines de octubre para honrar a la muerte, y el otro era el culto a Pomona, la diosa de los árboles y frutos). De acá que las manzanas fueron asociadas con esta celebración.
Durante los años 800, la celebración de "Todos los Santos" que la iglesia católico-romana tenía el 13 de mayo, fue trasladada al 1o de noviembre. Por eso se dice que el nombre de "Halloween" se asignó debido a que era la tarde anterior al día de todos los santos (procedente de "All Hallows Eve").
La palabra "Halloween" se asocia además con la palabra “hallow” o “hallo”, que significa aullido, grito, por lo cual dicha celebración se conoció como "la tarde de todos los aullidos”. De acá que esta festividad se asocia con gatos negros, murciélagos y búhos.
De todas estas celebraciones ocultistas, la más importante y de índole internacional se lleva a cabo la noche del 31 de octubre ("Halloween"). En esta reunión se practican las artes mágicas bajo la influencia o poder sobrenatural de Satanás, a quien ofrecen sacrificios humanos.
Cada año escuchamos de niños que inocentemente vistieron su disfraz, fueron por las calles gritando "Trick or Treat" (si me dan algo no les haré una broma) y luego aparecieron heridos o envenenados a causa de sustancias y hojas de afeitar introducidas en las manzanas o dulces que recibieron. Esto no es coincidencial, sino un esfuerzo muy bien planeado por los satanistas en donde, los niños heridos o muertos son ofrendados a Satanás.
Dicha celebración no es tan inocente como parece, ni es un juego de niños como muchos creen. Debemos clamar a Dios para que nos lleve a toda verdad y que nos libre de participar de algo que le ofenda y ponga en peligro a nuestros hijos. Querido lector, te invito a agradar a Dios. ¡Sea Su bendición sobre tu vida porque para ti Hay Una Esperanza!
