Queridos lectores, reciban mis mejores deseos por un último mes del año lleno de bendiciones y buenos propósitos para el nuevo año que pronto va a comenzar.
Este día esperaba la llegada de unos buenos amigos procedentes de Buenos Aires, Argentina; para mi sorpresa, llamaron para comunicar que la línea aérea no les había permitido abordar su vuelo, debido a que por requerimientos del gobierno de Honduras, todas las personas que proceden de ese país e ingresan al nuestro, deben haberse aplicado la vacuna contra la fiebre amarilla, con por lo menos diez días de anticipación a la fecha de su viaje.
Lo tremendo de esto es que la ley entró en vigencia hace tres días, pero nadie les notificó a los viajeros que esto iba a exigirse.
Es muy bueno que se tomen medidas preventivas, pero la buena comunicación es sumamente importante. Dicen que en guerra avisada no muere soldado. Sin embargo ¿cómo se supone que la gente debe saber acerca de las nuevas regulaciones si no son advertidos?
En el mundo espiritual, Dios no demanda nada de las personas, si estas no han recibido luz al respecto; es decir que nuestro Dios en Su naturaleza de bondad y misericordia no le pide ser santo al que no le ha conocido. El que no conoce a Jesús y no Le ha confesado, no se condena por ser un pecador (adúltero, borracho, homicida, mentiroso o cualquier otra cosa), sino por no creer en Jesús.
Sin embargo, cuando la persona ya ha conocido a Jesús y Su Palabra, esta será juzgada en base a lo que conoce, aquello en lo cual ha recibido revelación del Espíritu Santo.
Es muy importante que nosotros actuemos como lo hace nuestro Dios; para demandar que la gente cumpla las leyes, normas o instrucciones, primero es necesario informarles acerca de ellas, dándoles el tiempo necesario para actuar en cumplimiento de las mismas.
Mi querido lector, medita un poco en tu proceder, aún en relación a tus hijos, empleados o seguidores; ¿esperas que ellos cumplan instrucciones que no les has explicado con claridad? Bueno, si esa ha sido tu condición, créeme que para ti Hay Una Esperanza; hoy puedes comenzar a ejercitar la buena comunicación. La primera comunicación que debemos practicar es la de hablar con nuestro Dios y Padre, Él siempre está dispuesto a escucharnos y también a hablarnos.
