Hace varios días ya, el gremio dedicado a educar a nuestros niños y jóvenes en esta nación de Honduras, se ha promulgado en contra de las autoridades, suspendiendo labores para obligar así al gobierno a ceder a sus peticiones.
Mientras esto ocurre, los estudiantes se ven afectados en el cumplimiento de sus calendarios y programas escolares; pero por encima de eso, están recibiendo el ejemplo y la enseñanza práctica, de cómo deben actuar cuando se proponen lograr algo que no les quieren conceder.
Si usted mi querido lector está de acuerdo conmigo en reconocer la noble labor de un maestro; si usted comprende al igual que yo, que ellos tienen acceso e influencia para formar a los ciudadanos y futuros gobernantes del país; si usted sabe que en manos de los docentes está, directa o indirectamente el destino de la nación… para usted Hay una Esperanza.
Por eso le pido amable lector que se una a mi oración para bendecir a los educadores hondureños, que declare con su boca que tanto ellos como la labor que ellos desempeñan es muy importante; pronunciemos sobre ellos la prosperidad integral, en su espíritu, su alma y su cuerpo.
Oremos para que todos los maestros de nuestra nación busquen primeramente el Reino de Dios, sabiendo que todas las demás cosas les serán añadidas.
