Esta mañana y hasta el medio día, estuve con mi esposo en diversas relojerías y tiendas de la ciudad, donde venden accesorios, ya que buscábamos un reloj de puño, para darle un regalo de cumpleaños a nuestra hija menor. Ya casi me había dado por vencida, pues en vano repasamos varios lugares, sin encontrar lo que sabíamos que a ella le gustaría; pero de pronto le pedí a mi esposo que fuéramos a un centro comercial, ya a la salida de la ciudad y de vuelta a casa. Se me ocurrió visitar una tienda donde venden aparatos electrodomésticos, muebles y enseres para el hogar ¿Saben qué? Allí encontramos exactamente lo que buscábamos.
Muchas veces buscamos lo que necesitamos, donde pensamos que podemos encontrarlo y quizás está en los lugares más inimaginables.
Las personas que se sienten desoladas y abandonadas, buscan la felicidad en el alcohol, en las fiestas, en el sexo, en las diversiones frívolas, en fin… y a veces no se dan cuenta que la felicidad está muy cerca, donde no pueden siquiera imaginar; allí mismo en casa, en nuestra propia habitación, donde menos pensamos que estaría, podemos encontrar la razón de nuestra alegría.
Querido lector, si puedes identificarte con esta situación, para ti Hay Una Esperanza; el amor y la felicidad están en Dios mismo, Él está muy cerca de ti, esperando que lo busques de todo corazón, a tu alrededor y aun dentro de ti mismo. Búscalo hoy, seguramente lo encontrarás, pues te está esperando.
