TEMAS DE OPINIÓN

Confrontando Nuestra Realidad

Junio 13, 2011


De forma natural nuestro cuerpo y nuestra alma siempre tienden a huir del dolor, tratamos de mitigarlo, anestesiarlo o evadirlo; el problema es que al amortiguar los síntomas, muy a menudo vamos a pasar inadvertida la causa. La persona que experimenta sentimientos o pensamientos que no le agradan, en lugar de confrontar la realidad y escudriñar la causa, usualmente trata de ocultar su realidad o de evadir su responsabilidad. Es así que las personas que entran en frustración o experimentan depresión, para escapar de ello, comienzan a ingerir alcohol, pero al confrontar una mayor depresión al día siguiente, cuando ha pasado el efecto del alcohol, se sienten desesperados, tanto, que a veces optan por beber nuevamente; y su vida se convierte en un ciclo. Nuestra alma definitivamente está llena de sentimientos que nos impiden vivir en paz, en plenitud, en gozo.  Es la semilla del viejo hombre en nosotros, el hombre de pecado, que tiende a vivir a su manera y no de la forma espiritual que Dios demanda.  El hombre ha intentado por muchos años, enmascarar el efecto de esa semilla a través del alcohol, de la cocaína tal vez, quizás de la marihuana, o de antidepresivos. Necesitamos confrontar nuestra realidad, darnos cuenta por qué nos sentimos solos, por qué tenemos temores, cuál es la razón de sentirnos fracasados, acosados, deprimidos, tristes, por que a veces quisiéramos aun quitarnos la vida. Esta condición no es una aislada, es bastante generalizada, el hombre busca la felicidad, anhela sentirse en paz, realizado, aceptado; contento, que los problemas no le dominen.  En esta intensa búsqueda, el hombre mismo se pierde merodeando entre paliativos que amortiguan sus síntomas sin tratar la causa. Puede ser que usted sea uno de los que se describe anteriormente, si es asi,  usted puede descubrir la razón y causa, pero lo importante es saber que la única respuesta se llama Jesucristo.

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