TEMAS DE OPINIÓN

Siendo Conocido por Dios

Junio 20, 2011


Mis queridos lectores es para mi de mucha alegría comunicarme con ustedes otra vez.  Además, quiero comentarles acerca de algo que me ocurrió en estos días. En vista de un pronto viaje que tengo programado para servir a Dios en América del Sur, me vi en la necesidad de ir a aplicarme dos vacunas que me faltaban.  La hora estaba un tanto pesada, el sol muy fuerte, pronto iban a cerrar el Centro de Salud, así es que había que darse prisa. Finalmente, después de dar muchas vueltas en una dirección equivocada, arribamos a la abandonada escuela, convertida en Centro de Salud; llegué a la oficina ubicada al final del pasillo; al entrar, para mi sorpresa, la persona que atendía ese departamento, me conocía por mis nombres y apellidos; ella estaba muy alegre de atenderme, sin embargo, al explicarle yo el motivo de mi visita, me hizo saber que no tenía vacunas, pero que por tratarse de mí, ella la mandaría a buscar para aplicármela. Me sorprendí mucho, porque nunca esperé encontrarme con alguien que me conociera, puesto que es televidente asidua de mi programa cada sábado a las 6:30 p.m.  No esperé recibir un trato tan especial y eficiente. Esa misma tarde, fui luego a una tienda en busca de una blusa que mi hija necesitaba; para mi sorpresa, la persona que nos atendió, me conocía y me saludó muy amable, aunque yo no la conocía a ella.  Me quedé meditando en cuantas personas me han visto de lejos o por televisión solamente y piensan que nunca llegarán a verme de cerca, como si yo fuera alguien inalcanzable. Mi querido lector, muchas veces estamos siendo observados, admirados, estudiados; y no nos damos cuenta.  Mucho más que eso, el Señor nuestro Dios nos conoce con nombre y apellido, ve cada uno de nuestros movimientos, sabe aún la forma cómo vamos a reaccionar.  Él es Dios Poderoso y aún así tiene cuidado de nosotros, nos atiende, nos protege, desea y busca lo mejor para nuestra vida. Si tú lo sabes, para ti Hay Una Esperanza, Esperanza gloriosa de que eres conocido por Él y que serás reconocido delante de Su presencia en el día final. Mi querido lector, puedo decirte que mi Dios es Muy Bueno; esa mañana yo le había pedido en oración que tomara el control en mi vida, aún del asunto de las vacunas que parecía tan insignificante.  Él es un Padre amoroso que tiene cuidado de los más pequeños detalles en nuestra vida.

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