TEMAS DE OPINIÓN

Reposo para el Alma

Agosto 21, 2006


El fin de semana recién pasado, mi esposo y yo, tuvimos la oportunidad junto con nuestras hijas menores, de visitar algunas ciudades y aldeas de la costa norte; cuando llegó la hora de almorzar, elegimos un restaurante sencillo a la orilla de la playa, con vista al mar. Había muchas personas en esa playa y el restaurante tenía bastante actividad. Fue muy curioso observar, que quien atendía las mesas, tomando los pedidos y llevando las bandejas, era un niño de apenas unos diez años de edad. Es difícil olvidar su semblante, su hablar era muy propio, se conducía con madurez y seriedad, tenía un teléfono celular prendido a los tingles de su pantalón, una libreta en la bolsa trasera y una pluma que usaba con agilidad para anotar las órdenes de comida o bebida. La madre del niño era quien daba las órdenes y respondía a las demandas de los clientes, a través de su hijo, quien funcionaba como vocero. Recuerdo muy bien su nombre, pues fue lo primero que le pregunté; pero si hay algo que nunca podré olvidar, es la tristeza que se dibujaba en su rostro y la dureza que afloraba desde su corazón a través de sus ojos. ¡Cuántos niños como este no han conocido un padre que les prodigue amor y les de caricias! ¡Cuantos niños tienen que trabajar duramente cada día y no han saboreado el tiempo de su infancia! Es posible mi querido lector que a ti te haya tocado esta suerte, tal vez tú tuviste que ganarte el sustento con el sudor de tu frente desde temprana edad. Si esto es así, quiero decirte que para ti Hay Una Esperanza; Jesús vino a la tierra por ti, para recogerte, aunque tu padre y tu madre te hubieran abandonado. Jesús dijo que vinieran a Él todos los trabajados y cargados, porque el deleite Suyo, es hacerles descansar. Ven a Jesús este día y hallarás reposo para tu alma.

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