Muchos y cariñosos deseos para ustedes mis queridos lectores de esta su columna “Hay Una Esperanza”, donde siempre es un gusto compartir con ustedes situaciones de la vida diaria que nos ayudan a todos a enfrentar mejor los desafíos que encontramos en el camino.
Nosotros los seres humanos, sobre todo en nuestra cultura occidental, tenemos la tendencia de hacer las cosas solos, pensando que las hacemos mejor que si incluimos a otros en nuestros proyectos. Sin embargo en los países más desarrollados, el éxito de su labor consiste en el trabajo en equipo, donde todos o ninguno se llevan la gloria por los éxitos alcanzados.
Meditando un poco en el proceso de preparación del pollo empanizado y frito; una persona es la que cría el pollo, otra es la que lo sacrifica; quizás otro lo limpia y lo prepara para congelarlo. Hay un repartidor que lo lleva dentro de sacos para entregarlo en el restaurante. En el restaurante ya hubo una persona que elaboró la receta con las medidas indicadas de condimentos; luego hay personas encargadas de marinarlos y otros de empanizarlos. Se necesita otra persona para freírlo y otro más para venderlo.
El secreto consiste en que cada persona del equipo haga su parte con excelencia, pero con conciencia de que la calidad de su parte es determinante para que al que le toca la siguiente parte del proceso, le quede bien hecho. Cuando el pollo sale en el plato para que el cliente lo disfrute, no se puede decir quien fue el responsable de que estuviera tan rico, porque todos aportaron algo importante.
Cuando un niño va creciendo tiene dificultad de compartir sus juguetes con otros niños; es necesario enseñarles la importancia de trabajar y jugar en equipo. Esto es parte de dejar el egocentrismo.
He observado que muchas personas no quieren exponerse a ser parte de un equipo, aduciendo que ellos quieren hacer las cosas con excelencia, pero realmente esconden algo, y temen ser descubiertas en algunas de sus debilidades. Necesitamos entender que parte del éxito consiste en que hay otros que aportan de sus áreas fuertes, las cuales son las debilidades de los otros miembros del equipo.
Si tú eres de los que ha tenido dificultad en integrarse y formar parte de un equipo de trabajo o de estudios, no te preocupes para ti Hay Una Esperanza. Hoy puedes comenzar a intentar un cambio en ese aspecto, si reconoces que ninguno de nosotros es superior a otro, sino que solamente somos diferentes. Si te aceptas a ti mismo tal y como eres, pero entiendes que no tienes toda la verdad y necesitas del aporte de otros miembros. Te aseguro que todo va a ser para tu bien.
